El 1 de enero fue noticia en muchos medios (sobre todo en aquellos que se dedican a atacar a la Iglesia, y aquellos que solo buscan por dónde incordiar y publicar toda noticia -o no- que pueda ensombrecer la labor de la Iglesia) cómo el papa Francisco, la tarde anterior, perdía la paciencia y daba un manotazo a una señora que le tiró del brazo para recibir su saludo. Las imágenes muestran cómo el Santo Padre se enfada, pareciendo que el tirón le causa dolor y por eso reacciona de esa manera. Cabe preguntarse cómo hubiéramos actuado los demás ante esta situación, porque no nos podemos olvidar que Francisco también es humano, con sus defectos y sus virtudes.
El primero del año no hay muchas noticias, más allá de cómo se ha entrado en el año nuevo, las subidas o bajadas de determinados bienes y servicios o el primer bebé del año, y las noticias que están en nevera y que son atemporales. Por eso, numerosos medios de comunicación se han hecho eco de la escena e incluso en las redes sociales han preguntado a los internautas qué les ha parecido a esa actitud del papa Francisco. Y, como opinar es libre, pues imagínense los comentarios, la falta de respeto y el relacionarlo con temas que para nada tienen qué ver.
Pero esos medios no han publicado ni se han hecho eco de cómo horas después el papa Francisco durante el rezo del Ángelus entonó el “mea culpa” por su mal gesto y lo hizo públicamente. “Tantas veces perdemos la paciencia, incluso yo. Pido disculpas por el equivocado gesto de ayer”: estas fueron sus palabras.
El perdón no es noticia. El ejemplo del Santo Padre que reconoce el error no es noticia. Se quedan en lo que les interesa e incluso esas imágenes no se emitirán ahora sino que son auténticas “joyas” de hemeroteca para aquellos que quieren acabar con la imagen del papa y de la Iglesia. Las veremos una y otra vez, obviando que el “mea culpa” y la rectificación existieron y no se hicieron esperar.
Es lamentable que los medios de comunicación y las redes sociales sólo busquen el sensacionalismo y la falsa verdad. Es lamentable que se pierda, en medio de la falacia y la guerra de palabras y hechos, la verdad y el perdón. Es lamentable que los periodistas se vendan a la confrontación y elijan el mal al bien.
Ante este panorama informativo, es urgente y necesario que los ciudadanos de a pie hagamos un esfuerzo por buscar la verdad y por confrontar las noticias, porque ahora, más que nunca, no todo es verdad.
Areópago es un grupo de opinión, con sede social en Toledo, formado por un conjunto de cristianos que desean hacer llegar su voz a la sociedad para poder entablar un diálogo constructivo sobre temas actuales de interés para todos