Parece que fue ayer cuando Dolores de Cospedal retaba al 15-M a montar un partido. Dicho y hecho, nos tiramos al rio con la determinación, de quienes, lo único que tienen que perder son las cadenas. No sin aprender a base de tropiezos, de zancadillas, y de errores, es que nos hemos convertido en aquello para lo que nacimos, ser una fuerza de gobierno que canalice las demandas de la sociedad civil organizada.

Comienza una nueva década, atrás ha de quedar la década de la larga noche neoliberal, en la que los recortes, por abajo, y el retroceso en las condiciones laborales de la gente trabajadora, fueron la receta para paliar la crisis, acentuando las desigualdades de manera sustancial, y desgastando un maltrecho estado de bienestar.

En esta década que se abre se ha de dar solución a los grandes retos que tiene nuestra patria en el buzón de muy urgente, a saber:

1- Crisis social. A día de hoy uno de cada cinco hogares (21.5%) vive en riesgo de pobreza o exclusión social, con unos ingresos inferiores a 8.871 euros al año, siendo la tasa de riesgo de pobreza y exclusión infantil de un 28,3 %, afectando a 2.2 millones de niños y niñas. Estos son algunos de los ejemplos más representativos del panorama desolador al que nos enfrentamos, y sobre el que hay que dar una respuesta urgente y firme, pues la gente no se alimenta de banderas.

2- Crisis territorial. España es un país plurinacional y eso es algo que las derechas no comprenden, entender nuestra patria en su conjunto, es entender su carácter plurinacional. Y lo apuntado no es una declaración de intenciones, ni un análisis político, es el reconocimiento a una realidad objetiva, guste más o guste menos. Hay para quienes esto constituye un problema, y para quienes consideramos que esto constituye un enorme activo, aportando riqueza cultural, social, y lingüística al Estado. Ahora bien, buscar un encaje y una solución territorial basada en el dialogo, ha de ser la diferencia de nuestro modelo de país frente al de aquellos del “a por ellos” como solución, la solución de echar gasolina al fuego, la “antipolítica”.

3- Crisis institucional. Es evidente que tras los múltiples e interminables ciclos electorales que se han ido sucediendo en los últimos años, se han desgastado, tanto las instituciones como la política en su conjunto, apostar por la estabilidad institucional ha de ser una máxima en este momento de hartazgo político generalizado.

4. Crisis ecológica. La década actual será decisiva para el devenir del Planeta. La calidad y la propia vida de los y las que nos sucedan, así como la pervivencia de la biosfera en su conjunto vendrán determinados por las decisiones que se tomen en los próximos años.

5. Impulso feminista. El reconocimiento de la desigualdad estructural e inherente a las propias relaciones de producción capitalistas para con el género pasa por reequilibrar la balanza, en el ámbito de lo laboral, y evidentemente en el ámbito social. Las mujeres cada 8M marcan el camino de una ola que ha de sedimentar en sociedad más justa e igualitaria, y a su lado nos encontrarán.

Con estos grandes desafíos sobre los que articular respuestas políticas concretas y de altura de época, y de la mano del primer gobierno de coalición progresista desde la recuperación de la democracia hemos de coser una sociedad tan cansada como maltratada por los efectos de una globalización predadora con las clases populares.

Ensanchar los límites de lo imaginable (o realizable) sólo se puede hacer desde el gobierno. Tenemos elementos suficientes para reconstruir un imaginario de izquierdas encajonado y reducido en un simple antifascismo militante, el cual no ha sabido hacer frente al contrataque neoliberal llevado a cabo desde la década de los 70 del siglo pasado.

Por todo lo anteriormente expresado, suerte y acierto al nuevo gobierno. Por un gobierno al servicio de las mayorías sociales. Y como dijera Machado, “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.

Adelante, que sí se puede.

Julián Sanz Real. Secretario General de Podemos Puertollano (Ciudad Real)