Pido permiso para poder dirigir unas palabras por el Día Internacional de las Mujeres, una fecha nos interpela a todos y a todas, con un mensaje que es universal y urgente por las nuevas amenazas que prosperan en el discurso de radicales y fanáticos.
España lleva mucho tiempo en la tarea de derribar la brecha de género, un objetivo que cada día está más cerca pero que no se ha conseguido y no se puede convertir en una aspiración crónica, sino en hechos tangibles y medibles.
Hoy es más necesario que nunca su conmemoración, por sobrados motivos, pero fundamentalmente por dar cumplimiento a sus derechos -los mismos que todos-, que vamos muy tarde.
En nuestro país, la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres constituye un principio esencial recogido en la Constitución Española. Esto significa que nuestra democracia no se puede permitir dar espacio a la discriminación y debemos actuar desde los poderes públicos para tales fines.
El Día Internacional de las Mujeres tiene un sentido muy amplio, porque son muchos y diversos los ámbitos donde ellas sufren un trato postergado por el mero hecho de ser mujeres. En el trabajo, en la familia, en la calle… Nada justifica que sus opciones laborales sean inferiores, sus salarios. Como igualmente, no se puede tolerar nunca la violencia género.
El mundo rural no está al margen de esto. La brecha de género es todavía más grande y dolorosa en los pueblos, adónde las políticas de igualdad no se han puesto en marcha con la fuerza que es necesaria. Nos aplicamos la parte que nos toca.
En estos días me quedo con las conversaciones que a diario mantengo con alcaldes y alcaldesas de la provincia de Guadalajara, con las referencias de las asociaciones municipales y el catálogo de actos que han programado para toda la semana del Día Internacional de las Mujeres. El movimiento y esta conciencia social no se manifestaba con esta intensidad hace una década. Pero hoy, es algo imparable que necesita de la complicidad de todos y todas.
Debemos permanecer vigilantes para detectar las desigualdades, y al tiempo que las identificamos, erradicarlas cada uno y cada una desde el lugar que ocupemos en la sociedad.
José Luis Vega Pérez es presidente de la Diputación de Guadalajara