No hace tantos días que hemos sufrido un parón en nuestras vidas, cuyo alcance en la educación podremos medir cuando pase un poco de tiempo. El primer día, algunos pensaban que eran unas vacaciones adelantadas, poco a poco los acontecimientos nos han ayudado a entender que no hay clase para que nos quedemos en casa, deseando que todo salga bien, como han viralizado las redes sociales. Este tiempo del coronavirus puede ser una oportunidad única para la comunidad escolar: padres, alumnos y claustros de profesores; aunque no quiero olvidar al personal de servicios, que estos momentos son los técnicos de las diversas plataformas. Y será una oportunidad por los siguientes motivos:
1. La comunidad escolar está demostrando que está muy por encima de los dimes y diretes de los políticos que han ideologizado el debate educativo. Estos primeros días, las familias y la sociedad están comprobando como los profesores han preparado recursos para atender al alumnado que muchos consideraban inexistentes (clases on-line, plataformas educativas, diversas formas de ayudar a nuestros jóvenes y niños a seguir el aprendizaje fuera de las aulas y unidos a sus profesores. Los alumnos, con la ayuda de sus profesores, abren sus miradas al mundo y aprenden a pensar de forma crítica. La aldea global ha permitido que un virus viaje desde el extremo oriente se propague por todo el mundo en unos meses generando una crisis inesperada, pero esa misma aldea mantiene unidos a profesores y alumnos de una forma poco habitual y ayuda vivir estos días con ciertas rutinas de trabajo y, como los chicos dicen, igual que si estuviéramos en clase.
2. El COVID-19 es una oportunidad para que las familias y la sociedad conozcan de cerca el trabajo diario de los profesores y valoren más equitativamente la tarea que realizan los profesionales de la enseñanza. La ocasión que tendrán muchos padres de seguir de cerca los trabajos, tareas, contacto de los alumnos con sus compañeros y con sus profesores, les servirá para conocer la implicación, el rigor y la seriedad con la que se trabaja en las aulas cada día.
3. Educar en tiempos de coronavirus nos recordará también a toda la sociedad algo fundamental, un principio que estos días está en el debate político, los principales agentes de la educación son los padres. Estos días serán un esfuerzo especial para muchos padres, que de forma habitual no pueden compartir el tiempo con sus hijos. Ahora podrán sentarse con ellos, hablar, jugar, leer, pensar, rezar. Será este parón un tiempo para reencontrar la familia y quizá muchos nos podamos preguntar ¿es necesario cambiar nuestro ritmo de vida y descubrir que nada hay más importante que dedicar tiempo a los más pequeños?
Cuanto todo termine, y esperamos que bien, entonces podremos realizar un examen o una evaluación de este parón por el coronavirus. Más de uno suspenderá alguna de las etapas intermedias, perderá la paciencia en la casa como pasa a menudo en la relación entre profesores y alumnos; pero al final habremos superado la prueba. Al final de este tiempo nos gustaría que esta dificultad y grave crisis, que estamos viviendo, haya sido la oportunidad para renovar nuestra fe en el sistema educativo, en sus profesionales y en las familias.