Ni una sola anécdota más
Aun cuando no coincido con el modelo de gestión política que se ha realizado por parte de Emiliano García Page y su consejero de Sanidad de la crisis sanitaria, olvidando a los profesionales de la región y obviando todas y cada una de sus recomendaciones, sí intento empatizar desde lo más profundo. Para ello tengo que obviar sus faltas de respeto, incluso a mi persona.
Es lícito tener la percepción por parte de los responsables políticos de la JCCM de haber trabajado lo que han podido y más a lo largo de estos meses de pandemia. Pero cantidad de trabajo no es lo mismo que calidad y éxito en la gestión. Estoy convencido de que los diferentes gobiernos autonómicos han estado desbordados las 24 horas del día, pero hay que reconocer que los resultados, medidos en incidencia de contagios, de mortalidad y de letalidad, así como el de sanitarios contagiados, han sido muy diferentes en función de las decisiones estratégicas que se han venido tomando por parte de los responsables políticos de cada comunidad autónoma.
Acusarme faltando a la verdad, como hizo el consejero de Sanidad en sede parlamentaria el pasado 4 de junio, de “maldecir su trabajo de una manera rastrera” es cuanto menos una falacia y un insulto imperdonable. Si alguien es vil y despreciable, desde luego no soy yo. No todo vale en el discurso político y este consejero, con estas palabras, refleja una absoluta falta de respeto hacia el adversario político. Si piensa que con eso me va a amedrentar, está muy equivocado. Seguiré defendiendo a aquellos a los que no ha escuchado, a aquellos a los que ha obviado y con los que no ha contado para mejorar la gestión y a aquellos que, desgraciadamente, ya no podrán reclamar explicaciones por la gestión realizada en Castilla-La Mancha.
El 6 de febrero de 2020 solicitamos al responsable de Sanidad de la Junta que informase de las medidas preventivas que el Gobierno regional estaba adoptando contra el coronavirus. Usted, consejero, en el tono y formas que le caracterizan cuando se dirige en sede parlamentaria a la oposición, pidió no hacer noticia de una anécdota. Para ustedes, los responsables socialistas, con Page a la cabeza del Gobierno de Castilla-La Mancha, es evidente por esas afirmaciones que el coronavirus era una anécdota en esa fecha. Esa respuesta evidencia su falta de previsión y que ustedes no quisieron ver venir lo que, por otro lado, ya estaba ocurriendo días atrás en países no tan lejanos como Italia, minimizando el posible impacto de la pandemia en Castilla-La Mancha y haciendo, como lleva haciendo desde el inicio de esta legislatura, un desprecio a cualquier propuesta con buena intención que le realizamos desde el Grupo Parlamentario Popular.
Querer convertirse en mártir es una opción por parte de Emiliano García-Page, pero ante lo ocurrido en nuestra región debería hacer más uso de la humildad que de cualquier otro atributo. Humildad imprescindible para pedir perdón por la nefasta gestión política realizada; para disculparse ante los maestros de esta región a los que acusaron de querer tener quince días de vacaciones; para pedir perdón a los profesionales sanitarios, de los que dijeron que tenían suficiente material de protección, si lo sabían utilizar bien; disculparse por considerar no válidos a nuestros mayores, que ni cantan, ni bailan por las noches; o por las afirmaciones realizadas en cuanto a la capacidad asistencial y a los recursos con los que se contaban en los días de mayor presión de la pandemia.
Humildad y reconocimiento ante errores estratégicos sería una buena base para poder poner en marcha medidas y modelos que tengan como finalidad el reforzamiento de nuestro sistema sanitario regional, para afrontar el futuro más inmediato.
Lo cierto es que jamás han querido escuchar al Partido Popular de Castilla-La Mancha. Nunca hemos sido convocados para poder explicar cuáles han sido las propuestas que nuestro presidente, Paco Núñez, a través de las reuniones mantenidas con todos los ámbitos de las profesiones sanitarias instauradas en la región, ha recibido para poder implementarlas y mejorar en las actuaciones que se venían realizando y que se han mostrado, a todas luces, insuficientes para acometer la mayor crisis sanitaria en la historia de esta región. Si la propuesta que ustedes nos hacen es que nos adhiramos a lo que han hecho o a lo que quieren hacer sin poder aportar la experiencia y las propuestas de los profesionales, están equivocados, ustedes y sus socios. No es de recibo pedir adhesión a un pacto que nace sin la revisión de una nefasta gestión para saber en dónde y en qué se ha fallado y que, además, no emana del ámbito profesional de la sanidad regional, que tampoco ha sido escuchada para confeccionar el futuro sanitario.
El presidente Paco Núñez ha defendido, y seguirá haciéndolo, las propuestas que le han trasladado los profesionales de la región. Y si no quieren escucharlas o votan en contra, como ya hicieron el pasado jueves con las propuestas realizadas por los médicos de primaria por el mero hecho de haberlas realizado el Grupo Parlamentario Popular, allá con su conciencia.
Conciencia a la que vuelvo a apelar para que tomen en serio otras opiniones que no vengan del conjunto de palmeros políticos del que se han hecho rodear. Jamás responsabilizaría a ningún gestor de una negligente actuación sin tener pruebas fehacientes de ello, pero ustedes en su infinita soberbia deberían bajarse del pedestal en el que se han subido y atender a las solicitudes que desde el ámbito sanitario les plantean y que no tienen otro interés que el de ofrecer una mejor servicio a los castellano-manchegos.
Juan Antonio Moreno Moya es diputado regional del PP de Castilla-La Mancha