Mascarillas, un producto esencial y un bien social con IVA reducido: un logro a pesar del Gobierno
No podemos tener ya ninguna confianza en el Gobierno de Pedro Sánchez. Su gestión de la pandemia, desde el primer momento, está siendo obviamente nefasta y a lo largo de todos estos meses trágicos marcados por el Covid-19 Sánchez y sus aliados no han hecho otra cosa que destruir las esperanzas de los ciudadanos y crear una enorme angustia social. Saldremos de la pandemia, pese a este mal Gobierno que nos ha tocado soportar en estos duros momentos, pero lo haremos diezmados por la muerte y la enfermedad de muchas personas y bajo consecuencias económicas y sociales que van a ser muy duras. La situación, con un Gobierno eficaz y sensato que pensara en la gente y no sólo en sí mismo, se podría haber abordado con mejores soluciones y garantías, pero la ceguera de Sánchez es una lacra que España y los españoles arrastraremos en esta enorme crisis del Covid-19. Padecemos el peor Gobierno en el peor momento.
Un ejemplo sencillo, pero muy evidente, de esta enorme irresponsabilidad del presidente del Gobierno es la forma en que se ha abordado la distribución y consumo de las mascarillas en España y el uso egoísta y cargado de voracidad fiscal que el Ejecutivo ha venido realizando de un producto tan esencial en estos momentos que se ha convertido en un bien social de primera necesidad. Pese a la importancia vital que las mascarillas tienen actualmente en la lucha contra la pandemia, tal como desde el mes de abril vienen planteando nuestro presidente Pablo Casado y el Partido Popular, el Gobierno de Sánchez, de forma vergonzosamente antisocial, ha dado prioridad a su afán recaudatorio y hasta este mismo miércoles se había negado a tomar la decisión de eliminar el IVA o, al menos, rebajarlo del 21 por ciento actual al 4 por ciento. Por increíble que parezca, este Gobierno que presume de progresista en realidad castiga a la sociedad y especialmente a los ciudadanos que sufren peor situación al no reducir hasta ahora este impuesto durante todos estos meses de pandemia ni considerar las mascarillas como un bien social de máxima prioridad mientras el virus conviva con nosotros. Este izquierdismo reaccionario y antisocial no sólo no ayuda en la batalla de todos contra el Covid, sino que además perjudica directamente a las personas, sobre todo a las que tienen menos recursos. Es tan evidente que duele ponerlo de manifiesto, pero somos incapaces de entender que este Gobierno se preocupe sólo de sí mismo y de sus intereses, y no de todos y cada uno de los españoles.
Las mascarillas ya debieron empezar a ser obligatorias desde el pasado 14 de marzo pero el Gobierno, sumido en su incompetencia y falta de previsión, ni vio venir la pandemia ni supo afrontarla después y dejó a los ciudadanos y a los profesionales sanitarios indefensos y sin elementos de protección frente al virus. Y ahora, una vez que las mascarillas son imprescindibles y obligatorias, lo que ha queridoSánchezen lugar de preocuparse de las personas, es impulsar un gran negocio fiscal con un bien social de primera necesidad. Afortunadamente, la presión del Partido Popular y de la sociedad en su conjunto han obligado a este Gobierno a reducir el IVA del 21 al 4 por ciento... a pesar del propio Gobierno.
Desde el Partido Popular, con Pablo Casado a la cabeza y con Paco Núñez en Castilla-La Mancha, venimos planteando la cuestión fundamental del IVA para las mascarillas desde el pasado mes de abril y parece mentira que en todo este tiempo, y hasta ahora, ni Sánchez ni su aliado Pablo Iglesias hayan tenido la más mínima sensibilidad social para asumir una rebaja impositiva que otros países de Europa ya decidieron de manera sensata y pensando en sus ciudadanos. Los argumentos de Sánchez y de su ministra de Hacienda, María Jesús Montero, amparándose falazmente en la burocracia europea y en la pura charlatanería, no han sido más que excusas de un Gobierno sin corazón que sólo mira sus resultados recaudatorios y no el sufrimiento de los ciudadanos. El 16 de abril ya planteó esta petición el Partido Popular en la Mesa del Congreso de los Diputados y lo hizo en forma de proposición no de ley a la vista de la situación que sufríamos, y seguimos sufriendo, los españoles, pero Sánchez miró para otro lado y dio prioridad a sus ansias fiscales. Se estima que los españoles nos vamos a gastar al menos 8.000 millones de euros en mascarillas durante la pandemia, una cifra que permitiría a Sánchez recaudar en torno a los 1.500 o 2.000 millones de IVA por un bien social fundamental en estos momentos para protegerse. Que el presidente del Gobierno no haya renunciado hasta ahora, y a pesar de sí mismo, a ese gran mordisco fiscal y quisiera castigar a los ciudadanos por encima de todo es una inmoralidad política y social que los españoles no podremos perdonarle. España, desde luego, no se merece ni a este presidente ni a este Gobierno.
Carmen Riolobos. Diputada nacional del PP por la provincia de Toledo