Hoy, 27 de noviembre, celebramos el día de las Empresas de Inserción, un instrumento de lucha contra la exclusión social y la pobreza con el objetivo prioritario de promover y crear oportunidades de inserción laboral para personas en riesgo o situación de exclusión social, actuando desde la economía real, esto es, compitiendo de forma eficiente y sostenible en el mercado, con un compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Y todo ello desde la incesante búsqueda de la mayor dignidad para las personas, su calidad de vida y la de su entorno y el bienestar común.
El trabajo de las EEII se centra en la persona como eje fundamental de su acción siendo su objetivo final la integración en el mercado ordinario de trabajo para lo que deben romper tabúes de los empleadores, otros trabajadores y la sociedad. Para ello trabajan con cada persona elaborando un itinerario de inserción único y personal que concluye con el acompañamiento y apoyo del trabajador, durante un periodo de entre uno y tres años, en el puesto de trabajo.
Somos conscientes que la mejor política social es que la persona pueda desarrollar un trabajo estable, con el que pueda crear su proyecto de vida, lograr sus anhelos, conseguir sus metas, sentirse útil y contribuir al bienestar común de la sociedad. Para ello debemos luchar, de la mano de la sociedad civil y de las EEII, para mostrar lo mucho que tienen que aportar a la sociedad sus trabajadores. En Castilla-La Mancha no sobra nadie, todos somos Región, todos debemos contribuir a la mejora de la sociedad, a su crecimiento y al aumento de la calidad de vida de los castellano-manchegos.
Según la Memoria Social de FAEDEI para el año 2018, el 69,5 % de las personas trabajadoras en inserción que han terminado sus itinerarios se han incorporado al mercado laboral ordinario ya sea por cuenta propia o ajena. Lo que supone nuevas oportunidades, nuevos proyectos de vida y justicia en nuestra tierra. Pero esta normalización de las personas nos benéfica a todos como sociedad, dado que el retorno económico a la sociedad española al incorporar a personas en riesgo de exclusión se cifra en más de ocho millones de euros pues pasan de recibir prestaciones a contribuir al sistema.
En Castilla-La Mancha tenemos registradas nueve Empresas de Inserción promovidas por entidades sociales y de la Iglesia Católica dedicadas al reciclaje y la economía circular, el medioambiente, la hostelería y la prestación de servicios diversos, destacando que casi el doble de los trabajadores insertados son mujeres.
Las Empresas de Inserción son empresas competitivas que buscan optimizar su beneficio, como el resto de las empresas, pero son de economía social, ponen por delante a las personas y persiguen el interés general económico y social. Por eso al menos el 51 % de su capital está en manos de entidades sin ánimo de lucro y el 80 % de sus excedentes se deben reinvertir en el fin social objeto de la entidad. Las EEII facturaron en el año 2018 más de 145 millones de euros lo que supuso que más de cinco millones de euros retornaran a las administraciones públicas vía impuestos. Pero a toda esto debemos anteponer que entre sus fines se recogen aspectos de justica social, dignidad e igualdad, que permitirán hacer una sociedad más comprometida, más responsable y sostenible, en suma, una mejor Castilla-La Mancha.
Nuestro compromiso con los ciudadanos de Castilla-La Mancha es el compromiso con el empleo, con las personas, en especial con las más desfavorecidas, por lo que desde aquí tendemos la mano a nuestras empresas de inserción para hacer una Castilla-La Mancha más justa, más sostenible en la que todos tengamos oportunidad de desarrollar nuestro proyecto de vida.
Alberto Reina es secretario de Hacienda del PP de Castilla-La Mancha