Trabajo como sanitaria, llevo desde el mes de marzo desarrollando mi labor en plantas COVID+, en este tiempo he vivido situaciones muy dramáticas que nunca me imaginé que viviría y por las que no quiero volver a pasar, por eso quiero pedir a todos y todas, que ante la ceremonia de la confusión a la que nos están sometiendo actuemos con responsabilidad sin esperar a que nos impongan normas, se decidan planes, o las autoridades despejen sus dudas.
Somos una sociedad madura e individuos adultos y conscientes de la gravedad de la situación, no necesitamos que nos digan lo que tenemos que hacer.
Desde la primera línea de la batalla contra esta enfermedad vemos como cada día ingresan más personas, algunas acaban en la UCI intubados, otras ni siquiera llegan a ella por su estado. A los sanitarios y sanitarias se nos ponen los pelos de punta cuando nos imaginamos lo que nos espera tras las celebraciones navideñas. Os puedo asegurar que la situación no está para reuniones familiares ni encuentros con amigos y amigas, la situación exige prudencia y responsabilidad y eso supone quedarnos en casa con nuestro núcleo de convivencia habitual.
Con una media de 20 muertos diarios en la región y cientos de contagiados diarios no es aceptable que sigamos a expensas de reuniones, pronunciamientos y ceremonias dilatativas, la gente necesita saber a qué atenerse para tomar sus decisiones y planificar sus fiestas familiares con la certeza y seguridad.
La ciudadanía espera indicaciones claras de las autoridades en esta grave situación, en cambio solo está recibiendo disquisiciones y mensajes contradictorios que alimentan la confusión ... unos días escuchan que las reuniones son de seis otros de diez, más dudas sobre si los bares abren algo poco o nada, si la región se perimetra para todos o para algunos.
Los responsables políticos y las autoridades, tienen la obligación de defender nuestros derechos y proteger nuestra salud, para ello deben tomar decisiones con valentía, coherencia y claridad. Si no lo hacen se arriesgan a perder la credibilidad y el control de la situación con consecuencias nefastas.
Lo que percibe hoy la ciudadanía es una gran incapacidad para tomar decisiones en tiempo y forma, vemos a unos responsables políticos más condicionados por las presiones de unos u otros que por el objetivo de adoptar medidas adecuadas y eficaces ante la gravedad de la situación, lo que nos transmiten son decisiones erráticas y bandazos sin rumbo.
En esta situación, donde teníamos que tener dirigentes con la cabeza fría y la templanza suficiente para tomar medidas serias nos encontramos con medidas contradictorias y sin sentido.
Hoy por suerte, a diferencia de la primera ola, se dispone de material y personal en los hospitales de la región, nunca nos sobra, pero lo tenemos. Pero eso no les da derecho a nuestros gobernantes a tensar más la cuerda, tomado medidas que solo ayudan a colapsar nuestro sistema sanitario. Vuelven a ponernos en peligro, aunque a diferencia de la anterior etapa no nos pilla por sorpresa, hemos aprendido, de forma dura eso si, a base de caídas, llanto y sufrimiento.
Pero señores, los sanitarios y sanitarias estamos cansados y cansadas, estamos tocados psicológicamente y hartos de ver un día sí y otro también que en esto estamos en soledad, que los que nos tenían que proteger se han olvidado.
Abrir la comunidad es una fiesta para el virus, la dispersión de niveles en cada provincia de la región genera confusión, los cambios en el horario del toque de queda para cada día tampoco favorecen la claridad, todo ello sumado a la pluralidad de medidas nacionales que nos llegan amplificando la cacofonía hasta hacer los mensajes inentendibles.
Como sanitaria pido a la ciudadanía responsabilidad y tambien cuidar de los que nos cuidan y a nuestros dirigentes, valentía, decisión y seguridad.
Helena Galán Soria. Sanitaria y co-portavoz de Marea Blanca CLM