Desde marzo de 2020, vivimos meses de miedo, incertidumbre y preocupación por la crisis sanitaria de la COVID-19. Nuestras calles se vaciaron, nuestros pueblos se entristecieron, las ciudadesperdieronvida y los entornos naturales enmudecieron. Miles de personas enfermaron y muchos, hoy en nuestro más emotivo recuerdo, perdieron la vida.
La pandemia llegó a nuestras vidas, a nuestra sociedad, a nuestra cotidianidad de una manera totalmente inesperada. Nunca, jamás, podríamos haber imaginado un escenario tan desolador.
Los primeros meses fueron durísimos para todos, si bien quiero hacer una referencia necesaria y justa a los sectores que se han visto más afectados en el plano económico. El turismo, la hostelería y los artesanos de nuestra región se han tenido que enfrentar a una terrible realidad. Desde aquí, quiero reconocer su valentía y el esfuerzo que siguen haciendo día a día para sacar sus negocios adelante, abrir sus puertas, adaptarse a las circunstancias pensando en el bien común y preservando la salud de sus clientes.
En Castilla-La Mancha, a pesar de los duros meses que se están viviendo, debemos reconocer también el esfuerzo, trabajo y dedicación del Gobierno autonómico. Un Ejecutivo que siempre ha tenido entre sus prioridades el desarrollo turístico de esta tierra porque, desde hace cinco años, se ha realizado un gran esfuerzo inversor para convertir nuestra región en un referente turístico a nivel nacional.
Gracias a ese esfuerzo previo y al convencimiento de que Castilla-La Mancha es un destino privilegiado, el sector ha llegado a estos duros meses afianzado y posicionado, con fortaleza para hacer frente a las consecuencias económicas derivadas de las sanitarias. La apuesta por el turismo es, asimismo, una apuesta por el mundo rural, un acicate para frenar la despoblación y recuperar la vitalidad de nuestros pueblos y comarcas. A través de la actividad turística, asentamos población y gracias a la artesanía reivindicamos las raíces de nuestra tierra y apostamos por el producto local.
En el inusual verano de 2020, en un contexto nada halagüeño por las circunstancias sanitarias, el turismo rural en Castilla-La Mancha ha sido capaz de posicionarse como uno de los que han cosechado mejores datos. Nuestros pueblos se han llenado de gente,contribuyendoa generar riqueza y economía.
Además, el sector ha tenidoacceso a una batería de ayudasúnicas,que han situado a nuestra región a la cabeza en número de ayudas concedidas en nuestro país.Más de 150 millones de euros destinados a pymes y autónomos de la región, a los que se añaden las líneas de ayuda y el plan de rescate del Gobierno de España. Así,Castilla-La Mancha es laregión que más ayudas y de mayor cuantía dedica a los sectores más afectados, muy por encima de cualquier otra comunidad autónoma y, además, se ha hecho de una manera ágil, siendo conscientes de la premura con la que se debía dar respuesta a una situación tan excepcional.
Cabe destacar la aprobación este mismo mes de ayudas por valor de un millón de euros para alojamientos de turismo rural, campings, empresas de turismo activo y ecoturismo, guías turísticos y agencias de viaje, extendiendo al turismo rural la aplicación del Bono Turístico que el Gobierno regional puso en marcha a finales del pasado año.
Además, el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha ha dado luz verde a destinar 5,8 millones de euros, en los próximos dos años, para la promoción de nuestra tierra como destino turístico, cuando se levanten las restricciones de movilidad por la pandemia, con el objetivo de dar difusión y visibilidad al atractivo turístico de la región fuera de sus fronteras.
En estos durosmomentos, en los que piden desde la oposición lo que no hicieron gobernando, me surge una pregunta: ¿Qué hubiera pasado con todas las empresas afectadas a día de hoy, sien los últimos cinco años se hubieran seguido aplicando las políticas de recortes del Partido Popular? Evidentemente, la capacidad de respuesta de un sector debilitado no hubiera sido la misma que está teniendo hoy en día, tras unos años de apuesta decidida de este Gobierno, queno para de trabajar, y no escatima recursos para ayudar a los que generan riqueza en nuestra tierra y ayudan a mantener puestos de trabajo.
Quedan algunas semanas duras, pero la mirada está puesta en la recuperación del sector y en los meses prósperos que esperamos que lleguen muy pronto a nuestra región.
Estoy convencida de que, si la situación sanitaria lo permite, llegarán meses de recuperación turística, de recibimiento de viajeros, que abrirán una etapa de consolidación de Castilla-La Mancha como el referente turístico, gastronómico y artesanal que ya es.
María Jesús Merino.Portavoz de Turismo del Grupo Socialista en las Cortes de CLM y alcaldesa de Sigüenza (Guadalajara)