Desde que era pequeña, he visto como mi pueblo Almadén ha ido perdiendo población poco a poco.
Un pueblo como el mío, con las Minas de Mercurio más grandes y productivas del mundo, en el que por culpa del cierre de la actividad minera sus vecinos tuvieron que emigrar a otros lugares más grandes en busca del empleo que no encontraban en el lugar en el cual habían nacido.
Con el paso de los años, seguimos perdiendo más y más vecinos. No es el caso de Almadén solamente, es el caso de muchos pueblos de nuestra provincia. Pueblos que experimentan el éxodo de sus habitantes en busca de una vida más próspera, cerrando sus casas y privando a su localidad de la alegría de un pueblo repleto de vecinos.
“Se vende”. “Se alquila”. Estas frases son cada vez más habituales en las viviendas de nuestros pueblos.
Con la llegada de esta terrible pandemia, hemos descubierto que vivir en un sitio pequeño, cerca del campo es un privilegio aunque no tengamos grandes Teatros, ni sesiones de Cine de estreno o famosos cantantes en multitudinarios conciertos.
Hemos experimentado que la calidad de vida de nuestros pueblos es inigualable, y que lo es para todos, para grandes y pequeños.
El Gobierno Regional es consciente de ese bienestar y de la necesidad de recuperar la vida de los municipios pequeños. Emiliano García–Page y su Gobierno abogan por la repoblación de nuestros pueblos con una Ley de Despoblación muy novedosa, con muchos beneficios para personas que quieran vivir en ellos, garantizando todos los Servicios Públicos, y facilitando la implantación de empresas con descuentos fiscales, así como garantías de conectividad tecnológica y fuentes de energía alternativas.
Una buena ley para nuestra provincia y para nuestra región. Bienestar para nuestros vecinos.
¡¡Que podamos vivir donde queramos!!
¡¡ Que podamos seguir viviendo en nuestros pueblos!!
Manuela Casado