La noticia del ascenso de Aurelia Sánchez a los cielos del Senado ha sido algo curioso. Que la hasta hace unos días consejera de Bienestar Social de Castilla-La Mancha sería bendecida por su actuación al frente de los Servicios Sociales era previsible. Eso sí.
La gestión de Aurelia Sánchez al frente de la Consejería tiene muchas más sombras que luces. Mucho se quejaron de la herencia recibida tras el paso de María Herodes de Cospedal por estas tierras, pero apenas recuperaron alguna de las cosas con las que arrasó el anterior gobierno regional. Aurelia, como fiel discípula de Page, en su afán de insistir en políticas privatizadoras y recortadoras en Servicios Sociales, le ha hecho todo el trabajo de fontanería al futuro gobierno del PP/Vox en forma de Ley del Tercer Sector y el desarrollo de la Ley de Servicios Sociales que permite todos estos desmanes.
A Aurelia Sánchez hay que atribuirle que los Servicios Sociales estén cada vez más privatizados, dependientes de innumerables convenios escasamente presupuestados con entidades y empresas privadas (muy mayoritariamente) y otras administraciones que han conseguido llevar a cada vez más trabajadoras y trabajadores de los Servicios Sociales a una progresiva precariedad laboral que parece no tener fin.
Pero sobre todo hay que recordarla como una política irresponsable. Porque hay que ser extremadamente irresponsable para recortar en las ayudas más básicas (emergencia e IMS principalmente) desde hace años y continuar haciéndolo incluso durante la pandemia, dejando más desprotegidas que nunca a las familias que, cada vez en mayor número, veían cómo les era imposible cubrir de manera autónoma sus gastos más básicos de alimentación, vivienda, electricidad, etc. La gestión durante la pandemia la ha hecho cubrirse de gloria.
Por aquí, a pie de tierra, como profesionales recordaremos a Aurelia, pero será por continuar con el desmantelamiento del Sistema Público de Servicios Sociales, por haber defraudado a tanta gente, por disfrazar descaradamente tanto recorte y privatización y por el poco respeto que siempre ha mostrado por las y los profesionales a su cargo, a quienes no quiso escuchar ni después de que cientos de profesionales de los Servicios Sociales Públicos se lo pidiéramos por escrito y públicamente.
Por cierto, Page ya ha elegido a su sustituta, de la que sólo sabemos que no tiene formación en Servicios Sociales. Ya haremos valoración de su disposición y talante cuando podamos ver su forma de actuar. Esperamos que se incorpore dispuesta a aprender y que se limite a facilitar lo que desde los niveles técnicos le solicitemos. Aunque mucho pedir parece esto para alguien de confianza de Emiliano García-Page.
Plataforma por los Servicios Sociales Públicos (PSSP) de Castilla-La Mancha