Cuando hablamos de telecomunicaciones aún me vuelve a la memoria el confinamiento que sufrimos el año pasado, al inicio de la pandemia. Recuerdo comprobar, dentro de aquella situación anómala e inédita, cómo aun estando confinados todos, estábamos conectados y podíamos estar lo más cerca posible de los nuestros, podíamos relacionarnos con nuestros ‘amigos’ en redes sociales e incluso podíamos evadirnos, algún rato, a través de la pantalla, y ello suponía un alivio. Más aún lo fue cuando comprobamos que mucha gente podía teletrabajar o estudiar en remoto.
En esos momentos, comprobamos que disfrutamos en la región de una red de telecomunicaciones sólida y que llega más lejos de lo que creemos. El ejemplo más claro fue con el alumnado que sufría la brecha digital para continuar con el curso de forma telemática. No hubo ninguna alumna o alumno al que no pudiéramos dotarle de una conexión de banda ancha, y/o tablet. Comprobamos que en todos los hogares tenían cobertura de banda ancha a través de alguna de las tecnologías existentes, y a todos se les pudo contratar una conexión, con la colaboración de todos los operadores de telecomunicaciones de la región.
Situaciones así son las que te ratifican en el empeño que siempre hemos tenido en desarrollar la conectividad en cada pueblo, en cada pedanía. Desde 2015, hemos sostenido una política muy activa en todos los frentes de las telecomunicaciones; de hecho, somos la comunidad autónoma donde más crece la cobertura tanto de 4G, como de Fibra Óptica. Lo que nos hizo afrontar esta pandemia con una cobertura en la que el 90% de la ciudadanía podía conectarse a una red de Fibra Óptica, o el 99,5% a una red 4G ó 3G.
Debemos continuar por esta misma línea y no tardar mucho en alcanzar una cobertura plena, nuestra lucha contra la despoblación lo exige y nuestro compromiso por crear un desarrollo rural sostenible así lo demanda también.
En este camino hemos encontrado aliados como empresas operadoras de telecomunicaciones locales, con sus sedes en pequeños pueblos, fijando empleo en el medio rural, que desarrollan un proyecto empresarial en comarcas desfavorecidas encontrando rentabilidad en dar conectividad a pueblos y pedanías de pocos habitantes; y que por su cercanía, se convierten en asesores digitales en el uso de herramientas y servicios tecnológicos para empresas, ayuntamientos y ciudadanía, apoyándoles en su digitalización.
Hemos llegado, en 2021, al momento en el que podemos, y debemos, aspirar a ser líderes en los despliegues de redes de nueva generación, como 5G, desde su inicio. De la misma manera que este año la cobertura de Fibra Óptica estará por encima de la media nacional, siendo la cuarta comunidad autónoma con mejor cobertura, solo por detrás de Madrid, Cataluña y País Vasco, en el despliegue de 5G debemos continuar la senda marcada.
Pero esta conectividad de alta capacidad y velocidad no es el objetivo final, las telecomunicaciones son el medio imprescindible para facilitar la transformación digital. Son el medio a través del cual la realidad aumentada será algo cotidiano, la inteligencia artificial será nuestra compañera o nuestra vida será tan virtual como presencial. En definitiva, son el medio para aquellos objetivos que nos marquemos.
Emiliano García-Page Sánchez es presidente de Castilla-La Mancha