De principio a fin, ser uno mismo pero de una determinada manera, sacando el máximo partido de lo que ya llevamos dentro, pensamos que no es suficiente o que no es lo mejor.
Todos tenemos interiorizada una forma de ser ideal que vemos exteriorizada en otros y que nos gustaría tener. A veces se intenta imitar sin éxito porque dista mucho de cómo somos realmente, pero ésa no es la forma de ser ideal que gusta a todos.
Tendemos a reproducir, con cierto atrevimiento a veces, frases, movimientos o formas de vestir para intentar agradar a los demás. En la mayoría de veces, cuesta un trabajo enorme y sin grandes resultados valorando después subjetivamente la situación. ¡Qué maltrato hacemos con nosotros mismos para intentar caer bien!
Partimos de la base de que no somos suficientes para gustar y creamos una personalidad que en muchos casos va a conseguir el efecto contrario al que buscamos, os lo aseguro.
Cuanto más actuemos, cuanto más forcemos una 'forma de ser' concreta, cuanto más intentemos cambiar lo que somos y haríamos, más ansiedad tendremos y más rara parecerá nuestra conducta. Aunque nuestra autoestima esté en su sitio y no tengamos problemas para relacionarnos, siempre existe una cierta 'preocupación' por caer bien, sobre todo a ciertas personas que son relevantes para nosotros y sentimos cierta activación fisiológica.
El problema viene cuando fingimos y cambiamos gran parte de nuestra forma de ser, cuando al espontáneo le dejamos en la trastienda e intentamos acoplar nuestro comportamientos a lo que creemos que se espera de nosotros y así conseguir gustar o evitar un rechazo. Pero como decía antes, lo más importante es ser tú mismo, por muy torpe y absurdo que te sientas, y aunque hayas empezado a leer el artículo pensando en algo mágico y maravillosísimo, no existe.
Te voy a dar pistas para estar más relajado y para sacar partido de lo que ya tienes o de lo que reprimes porque piensas que no va a ser correcto e ideal. Si intentas ser otra persona, tendrás bastante ansiedad y te sentirás inseguro haciendo y diciendo lo que te has marcado. Todo parecerá bastante artificial porque no es solo lo que conscientemente te has aprendido y ensayado, también cuenta por encima de todo el lenguaje no verbal, eso inconsciente que dice tanto y que acompaña a lo que conscientemente expresas. Cuando una persona no es ella auténticamente, se nota algo raro que no sabes qué es: sientes cierta falsedad, no te sientes del todo cómodo y ves 'caras raras', sonrisas que se cortan, miradas que se pierden… Si nos preocupaba caer bien, el otro percibe algo en nosotros que no cuadra y la estamos fastidiando, porque estamos manifestando actitudes que no son coherentes y no es solo eso, es que a veces nos imponemos parecer de una manera que incluso al otro le desagrada, porque caer bien no consiste en tener una forma de ser concreta.
Caer bien consiste en llegar al otro y el otro a ti, sin esfuerzos; caer bien consiste en sentirse tranquilo con el otro, y el otro con nosotros, no juzgar jamás, no sentirte más que nadie y no sentir a nadie más que tú; caer bien empieza por tener una actitud de querer estar con el otro, escucharle y repito, caer bien es ser tú mismo, sin reprimirte, es ser espontáneo…guste o no guste; caer bien empieza por la química.
Si la interacción va a ser corta, puedes aprenderte expresiones para salir del paso, para intentar crear una primera impresión, pero cuando la interacción se mantiene una hora, dos horas, más tiempo, ya no puedes seguir manteniendo a alguien que no eres porque la fluidez de una forma de ser espontánea, no existe. No tienes que pasarlo mal para nadie ni por nadie a cambio de, a lo mejor, obtener una aceptación. ¿Tan importante es el otro para ese momento de malestar mientras te esfuerzas en “parecer”? Y si tanto te importa esa otra persona, ¿te has planteado qué importancia tienes tú para ella?, ¿qué hace el otro por ti?, ¿aceptarte incondicionalmente?, ¿estarás fingiendo siempre ser alguien que no eres?
Eso es agotador y cargado de un mensaje a tu autoestima no muy alentador. ¿Serás capaz de mantener y fingir la misma forma de ser cada vez que coincidáis? ¿Tienes que crearte varias formas de ser para gustar a varias personas? ¿Te has dado la oportunidad de exhibirte tal y como eres sin filtros y a ver que pasa? Yo creo que estás haciendo un poco el tonto. ¿Qué es lo peor que puede pasar si no le gustas o no le gustas tanto como pretendes?
Que no, que intentar ser quien no eres denota falta de autoestima y te muestras en actitud de inferioridad y eso se nota. ¿Es lo que quieres conseguir?
Qué actitudes son siempre bien aceptadas y que si las tienes, por favor, no las reprimas:
La más importante y visible, que tranquiliza y que se contagia, es la sonrisa. Una cara seria puede darle qué pensar al otro y estar “en modo espera” a ver si cambia el panorama.
No hay que hablar sin parar ni intentar ser muy gracioso. Podrías parecer egoísta y superficial cuando quizás eres todo lo contrario (insisto en ser uno mismo).
Ser empático, que es distinto de parecerlo. Es tener esa cercanía que no puede fingirse y que se manifiesta en un comportamiento generalizado de lenguaje verbal y no verbal.
No sentir que nadie es más que tú ni hacer que nadie se sienta más que tú. Si te quitas valor a cambio incluso de dárselo al otro, este otro lo percibe sí o sí, y no lo interpreta como un gesto conductual hacia él, sino como una realidad sobre nosotros mismos: que tenemos menos valor que él.
Al contrario, lo mismo. Intentar parecer más hace sentir incómodo al otro y estar a la defensiva.
Hacer halagos sin pasarse y reales sobre cualidades que el otro más o menos sabe que tiene.
Interesarse por las cosas que le gustan al otro.
Pero repito, ser tú es lo más magnífico para estar relajado y que pueda surgir sobre la marcha todo lo demás. Esas actitudes que acabo de describir son siempre para modelar, mejorar, lo que ya tenemos, no para crearlas.
Ser tú va a ser el milagro para algunas personas al conocerte, y eso todavía no te lo has planteado.
Ana M. Ángel Esteban
Psicóloga clínica y sexóloga
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