Recientemente se ha dado a conocer un informe interno de Facebook en el que se indicaba que Instagram es perjudicial para los jóvenes. Estudio que según se ha informado fue ignorado por la compañía de Mark Zuckerber. Según ha difundido The Wall Street Journal, el amplio estudio concluye que “Instagram es malo para los jóvenes”, y especialmente es perjudicial para las chicas adolescentes que tienen mayores índices de depresión e incluso llegan al suicidio.

Instagram se ha convertido en una red social de moda para los jóvenes y adolescentes, algunos de los cuales son verdaderos instagramers difundiendo su día a día de una forma natural y divertida.

Ver diariamente a modelos, influencers, youtubers, famosos y todos aquellos que son especialistas en publicar su vida “perfecta” no ayuda a los adolescentes, que están construyendo su personalidad y buscan ideales para parecerse a ellos. Adolescentes que según diversos estudios ya acuden a la cirugía estética para parecerse a fulanita o fulanito de cual; que su futuro en esta vida pasa por ser como fulanita o fulanito de cual; que su aspiración es verse bello o bella en las redes sociales, consiguiendo muchos likes o me gusta.

Las redes sociales como Instagram están difundiendo imágenes distorsionadas de la realidad, porque los filtros ayudan a que así sean. ¿Dónde llega lo real y lo inventando? Las redes sociales que viven de las fotografías trasladan felicidad completa, donde todo el mundo sonríe, viaja a sitios ideales, donde todos son guapos y no tienen aparentemente problemas. Pero la vida real no es así porque todos sabemos que la vida real está también llena de penas, de sufrimientos y de cruces; donde cada uno es como es con sus defectos y virtudes, con nuestra personalidad y nuestro carácter; donde todos somos iguales e igual de dignos.

Es  indudable que las redes sociales tienen beneficios para la sociedad, pero también son dañinas si no sabemos usarlas bien. ¡Hay que prevenir porque luego será tarde! Con las redes sociales tiene que haber un término medio en su uso porque crean un mundo perfecto, donde todos son perfectos. Vivimos en la sociedad de los filtros, y como no pongamos medios los problemas de autoestima y de depresión de los adolescentes irán a más. Los niños y los jóvenes son nativos digitales, y es imposible aislarse de esta realidad, por lo que aquí las familias –apoyadas por un sistema educativo coherente- tienen que hacer un esfuerzo enorme de educación, de vigilancia y de control de su uso. Las redes sociales si no se usan bien consiguen que te baje la autoestima e influyen en nuestra salud mental.

Es tarea de las familias educar en valores que reflejen que la vida es lucha, que es esfuerzo, que es fracaso, que es recompensa… Es tarea de las familias ayudar a sus hijos a aceptarse tal y como son, trabajando por ser buenas personas, con belleza en el corazón. 

GRUPO AREÓPAGO