El DEPREDADOR sexual puede tener cualquier aspecto, estatus social y económico... puede ser cualquiera cercano o no, y por muy comedido, educado, inteligente que sea y buena persona que parezca... dentro de una cabeza alterada puede gestarse cualquier acto de este tipo y sin ningún tipo de límites.
Estas conductas, las agresiones sexuales y más en concreto las del tipo sádico, como estamos viendo recientemente en las noticias, son las que no hace mucho, se asociaban a trastornos de personalidad y psicoticismo. Hoy, después de muchos estudios con presos de este tipo y otras personas con necesidades sexuales desviadas (mediante entrevistas y test psicométricos), se ha llegado a la rotunda conclusión de que en muchas de estas situaciones de agresión sexual, en cualquier grado, no tiene porqué existir de base un trastorno mental de los que conocemos, como la esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión… No.
“BASTA” con una experiencia anómala en la sexualidad, basta con fracasos en las relaciones interpersonales e íntimas, historia de abusos sexuales en la infancia o adolescencia, sentimiento de rechazo social e incapacidad para el cambio, damos por hecho empatía cero, autoestima baja y POR SUPUESTO SE DA UN PATRÓN DE CONDUCTA EXCITATORIA Y MASTURBATORIA ABSOLUTAMENTE DESVIADA.
Se debate mucho ahora sobre si falla “el sistema”, los permisos carcelarios, la reinserción de este tipo de personas, eficacia de los programas “terapéuticos” en las cárceles…
La respuesta es simple y rotunda por mi parte: no existe la posibilidad de reinserción, no hay posibilidad de cambio en estas conductas, se REPITEN mental y conductualmente, y se siguen reforzando CADA VEZ QUE SE PIENSAN Y SE HACEN, no se extinguen bajo ningún programa de tratamiento psicológico, ni farmacológico.
Se han intentado terapias aversivas de recondicionamiento, sustituir las imágenes placenteras desviadas durante el orgasmo mientras la masturbación por otras más normalizadas, se ha intentado terapia hormonal, tratamientos con antipsicóticos… nada impide esa conducta excitatoria tan arraigada y aprendida… esa en concreto, el placer sexual a través de aberraciones conductuales que ponen en peligro la vida de otros, e incluso a veces necesitan matar para sentirse plenos y satisfechos.
Me gustó mucho una película, “LA NARANJA MECÁNICA”, donde se exponen algunos de estos tratamientos.
La conducta sádica y violenta suele comenzar con algún animal, sienten bienestar y un chute de adrenalina e incluso placer sexual, maltratando o matando a algún animal. Este comportamineto evoluciona muchas veces a hacerlo con personas por encima de los límites morales que aunque se les hayan inculcado, estas personas trangreden sin límites ni anticipación mínima de culpa, no la tienen… porque ahí muchas veces estaría el límite entre el pensamiento y la acción, la culpa. Repito que pueden ser personas en el resto de sus vidad “normales”, pero que ante estos estímulos, niños accesibles, mujeres en condiciones de vulnerabilidad física o psicológica, sienten el impulso a actuar y el único control que tienen en cuenta es el peligro de ser pillados, con lo cual estudian las circunstancias y a sus posibles víctimas porque mientras que lo están haciendo, imaginando cómo lo van a llevar a cabo, ya están sintiendo también placer. Saben en todo momento lo que están haciendo y lo que está sufriendo su víctima.
Las cárceles solo son un sitio de contención, de castigo, pero no un sitio de terapia en este tipo de presos. Las actividades y programas “psicológicos” que se llevan a cabo nada pueden hacer con los violadores-depredadores sexuales, solo retenerlos ahí de por vida para IMPEDIR ACABAR GRATUITA Y CAPRICHOSAMENTE CON LA VIDA DE NADIE. Salir sin vigilancia significa muchísimas posibilidades de repetir una y otra vez estas conductas de agresiones sexuales y asesinatos violentos.
No hay tratamiento psicológico ni psiquiátrico eficaz, NO.
¡Ah!, no quiero terminar sin comentar, aunque sea muy de pasada, sobre las relaciones sexuales con prácticas sadomasoquistas. ¿Qué peligro/problema puede haber en este tipo de prácticas? Según estudios del Journal of Sexual Medicine hechos en Canadá sobre sexo sadomasoquista, alrededor de un 30% tiene fantasías sexuales con este contenido y parece que es una práctica más habitual entre homosexuales que en heterosexuales (también pero en menos medida)
Desde mi punto de vista, ese porcentaje no es nada despreciable, el de fantasear con dominancia-sumisión y no tiene por qué ir asociado a imágenes de ropa de dominatrix, sino más bien a conductas. Los modelitos que te pongas durante el sexo no son lo más importante si no los NECESITAS PARA EXCITARTE Y DISFRUTAR (teatro). Y los roles durante el sexo, de dominante o sumiso, tampoco son importantes si se usan a modo de juego, alguna vez como experimento y como algo divertido, pero sí son un problema si, como antes decía, se necesitan tener para excitarse y conseguir un orgasmo.
Aquí solemos encontrarnos con problemas psicológicos de base, cuando se buscan este tipo de prácticas, adoptar el papel de dominio sobre el otro cuando en la vida real quizás nos sentimos poco valorados… y, volviendo a los fundamentos conductuales en psicología, repetir este tipo de prácticas asociadas a placer con otras personas o mediante la masturbación, hace que se establezcan y perpetúen. Pero lo más importante en estos contextos sexuales es tener siempre presente el límite consentido con la pareja, el respeto y la no necesidad de sólo esta expresión sexual para sentirte satisfecho y dar placer.