La que se ha liado con las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, no hay quien lo pare, aunque ha dicho verdades como puños; si lo simplificamos ha venido a decir que hay que fomentar la ganadería extensiva frente a la industrial. De acuerdo en esa apreciación, y además, hay cantidad de hechos a favor de la primera y en contra de la segunda, y es que la industrial, ya sabemos según los estudios realizados por expertos las consecuencias que trae para nuestro medio ambiente, además de no crear puestos de trabajo y destruir puestos de economías familiares y de no fijar población, pues nadie quiere irse a vivir al lado de una macrogranja.
Mi comentario no va tanto por distinguir la una de la otra, es decir, la extensiva de la industrial porque ya los estudios corroboran lo que es una y la otra, más bien sobre la oportunidad de las palabras de Garzón, si lo tenía que haber dicho estando en un gobierno de coalición o debería haberse callado, si ha sido leal al gobierno o no por haberlo dicho él por su cuenta sin haberlo comentado en el seno del gobierno. Tal vez no haya tenido la vista o la prudencia al comentarlo, y esperar a su debido tiempo porque ya sabemos que la derecha aprovecha cualquier cuestión para hacer un montaje contra el gobierno. Y así ha sido, no es la primera vez que a Garzón aunque lo que diga sea una verdad, encuentran materia para montarla. Ahora lo que ha dicho también es una verdad como un templo.
Pero aunque Garzón “haya metido la pata” o “haya actuado a destiempo” y haya puesto al gobierno en un brete, hay otros dos elementos que siempre que se produce un “desliz” con alguien del gobierno aprovechan la ocasión ¿para qué? Ni más ni menos que para meterle el dedo en el ojo a Pedro Sánchez, ese es el objetivo, no es otro, porque materia hay para ver lo que tienen in mente Emiliano y Lamban sobre la ganadería industrial.
El ocho de enero de 2022 aparece una noticia en el País que dice: “El gobierno y al menos cuatro autonomías han anunciado o aprobado medidas contra las macrogranjas” “Castilla La Mancha, Aragón, Cataluña y Navarra prohíben o limitan la construcción de nuevas explotaciones de ganadería intensiva”.
Emiliano García-Page anunció hace unas semanas una moratoria que prohibía la construcción de nuevas macrogranjas y la ampliación de las existentes hasta diciembre de 2024. Aunque unos días antes anunció que esta limitación sería con carácter indefinido.
El gobierno de Aragón, presentó el pasado julio un proyecto de ley, para la “protección y modernización de la agricultura familiar y del patrimonio agrario de Aragón”. En este texto se señala que la ganadería intensiva “pone en peligro tanto la sostenibilidad ambiental del territorio, como la sostenibilidad económica y social. La iniciativa legislativa añade que la agricultura familiar “está sometida a riesgos especialmente relevantes en el ámbito de la ganadería intensiva”.
Bruselas ha llevado a España ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) por su incapacidad de frenar la contaminación de nitratos provocada por la ganadería y por la agricultura industrial
Lamban y Page, si Garzón no ha estado a la “altura” según se dice en los mentideros políticos y en algunos medios de comunicación, vosotros dos, estáis en la época de las primarias del PSOE y no os habéis dado cuenta de que estas terminaron y perdisteis, y que ahora son otros tiempos, tiempos de echar una mano y de no atizar el fuego aprovechando cualquier desliz para, como decía anteriormente, meter el dedo en el ojo a Pedro Sánchez que es el único objetivo que perseguís y dar carnaza a la derecha.
Arrimar el hombro procurando poner todos los medios necesarios para que la educación de nuestros hijos y nietos se de en las mejores condiciones y también poner todo lo necesario para una sanidad pública potente que llegue a todos con facilidad, así como otro tipo de medios para hacer la vida más fácil a las gentes, vivan en un medio rural o en la ciudad, para eso tenéis las competencias las comunidades autónomas; hay que tomar decisiones sin mirar a ver si se pierden o ganan votos sin mirarse al ombligo constantemente y buscando la foto.
Alberto González González