Por retomar el hilo argumental de las anteriores entregas de esta serie.
Hemos hablado del trabajo del geógrafo José Gómez Giménez, en el que realiza un complejo análisis de datos estadísticos, y su correspondiente representación visual, que ilustra la distribución en nuestro país de la actividad económica y los movimientos de personas, bienes y servicios.
Se ven los grandes centros de actividad, que hemos llamado “soles”, con un tamaño proporcional al territorio en el que irradian su actividad y dinamismo. Y hemos dicho que, en esos mapas, la provincia de Cuenca sería como el agujero de un donut rodeado por la masa de actividad que son los focos de desarrollo de Madrid y Valencia o, por mejor decir, el centro y el levante español.
Y hemos dicho que Cuenca y su dinamismo socioeconómico, o su vacío por mejor decir, no es resultado de su posición central en el eje, es resultado de decisiones de las administraciones del estado y autonómica, que nos privan de los medios de comunicación que conectan y nos conecten con ambos polos.
Es también el caso del ferrocarril convencional, de modo y manera que se va a cerrar la línea exclusivamente en su tramo en nuestra provincia, es el tramo que lleva décadas de abandono en las que, en lugar de transferir actividad económica a la provincia, se ha ensanchado el vacío.
La comunicación por autovía nos lleva a la misma conclusión. El trazado de la A3 transcurre por la provincia pero, ni pasa por el que debe ser su centro de actividad que irradie al resto, la capital, ni su trazado vertebra su extenso territorio.
La A40 llega hasta la capital pero, carece de continuidad, o bien de la propia vía hacia Teruel o, lo que sería mas útil y sencillo, su conexión hacia el levante, a través de la autovía Cuenca-Albacete, con un trazado que tenga bifurcación y vertebre por tanto la provincia en su interior.
Y llegamos así al concepto nuclear de esta tercera entrega, la centrifugación. Digamos que es complementario o consecuencia, pero solo en parte, del fenómeno que consiste en cercenar las comunicaciones, o privarlas de virtualidad a su paso por el vacío conquense, ese agujero de la rosquilla.
Si se potencia el desarrollo de Tarancón por el mero hecho de la amplitud del sol madrileño, algo fácilmente constatable en los mapas de este prometedor geógrafo, y se deja a la capital en caída libre, se produce una centrifugación de energías hacia el perímetro provincial. Lo mismo vale para Albacete donde, todo su desarrollo, anclado por otra parte en decisiones de esta comunidad autónoma, no se transfiere a Cuenca, la centrifuga también hacia su perímetro. Viene de suyo que, si conectáramos los dos extremos en lugar de yugularlos a su entrada en nuestra provincia, tendríamos por el contrario un movimiento centrípeto con capacidad de rellenar el agujero del donut, en lugar de ensanchar su vacío como hasta ahora.
El trasvase Tajo-Segura sería también un ejemplo en el que se utiliza el vacío conquense para generar prosperidad en el levante, que a su vez irradia hacia Albacete y Ciudad Real, que son las principales receptoras de los caudales del segundo Tajo-Segura, que no es otro que su ramal conocido como Tubería manchega.
La creación de nuevos hospitales comarcales es consecuencia y perpetúa esta tendencia, de modo que también los conquenses necesitados de atención sanitaria se mueven hacia el perímetro vaciando el centro, que en este caso es el hospital de Cuenca, provincial de nombre.
Otro ejemplo, que es el último so pena de alargar en exceso este artículo. La instalación del parque temático “Puy de Fou” en Toledo, una inversión turística que supera con creces todo lo hecho por esta comunidad en la materia desde su creación, y que además de ser un éxito de público, contribuye inevitablemente a la centrifugación de Cuenca.
Basten estos pocos ejemplos para ilustrar este principio de la centrifugación conquense, y recordar como resumen que tal movimiento, devastador en términos socioeconómicos, se alimenta de dos poderosos manantiales.
Cortar las vías de comunicación terrestres a su entrada en la provincia, y fomentar el desarrollo de las provincias de Albacete, Toledo y Ciudad Real en detrimento de Cuenca.
Ni que decir tiene que los mapas de los que hablamos, con sus soles resplandecientes y flujos de actividad, reflejan a la perfección la realidad y el resultado de este proceso de centrifugación de nuestra provincia.
Insistiré para terminar en lo que ya señalé en la primera entrega. El vacío socioeconómico en la provincia de Cuenca, desde el centro hacia su perímetro centrifugado, no es total, queda un minúsculo y débil sol en su capital, lo dramático es que, si no se pone remedio, seguirá apagándose como viene haciendo hasta ahora.