Junto al problema del despoblamiento y su extensión que hemos comentado en dos artículos anteriores como una de las características esenciales de la España Rural, mal llamada España Vacía / Vaciada, que se puede resumir en que en un 40% del territorio vive un 2,4%, aproximadamente, de la población. Hay, no obstante, otros elementos demográficos que nos pueden ayudar a comprender mejor el problema. Se trata del envejecimiento, de la baja/nula natalidad y del empleo.
Elenvejecimiento, sin que este fenómeno demográfico sea exclusivo de la España Vacía/vaciada, le afecta mucho más que al resto. Este envejecimiento general de la población española lo podemos medir bien a través de la proporción entre mayores de 64 años y los menores de 16; o bien a través de la edad media. Pues bien, según el INE con respecto a los datos de 2021, el envejecimiento sigue, un año más, una tendencia imparable: en 2021, el envejecimiento alcanzó el valor del 129% o, lo que es lo mismo, hay 129 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Lo que supone un crecimiento de 3,4 puntos porcentuales, ya que en el año anterior esta tasa era de un 125,7%. Estos valores contrastan con la que había a comienzos del actual milenio: En 1999 había mayor población menor de 16 que mayor de 64, con un índice de envejecimiento era del 99% y con la entrada del nuevo milenio supera el 100% y va en aumento cada año.
Si nos fijamos en la edad media de la población, que es otra forma de medir este proceso, esta se sitúa en 43,3 años, mientras que en 1970 era de 32,7. Con la particularidad de que, analizada con este criterio de la edad media, hay más viejos en los municipios urbanos, que en los rurales. De forma paralela sigue creciendo la proporción de octogenarios que ya representan el 6,1% de toda la población, y seguirán ganando peso entre la población mayor en un proceso de envejecimiento de los ya viejos. Otra nota más es que las personas que llegan o superan los 100 años van en aumento. Concretamente en 2021 estaban empadronados16.303 personas centenarias.
Otro rasgo a destacar es que la población mayor femenina es superior a la masculina pese a que nacen más hombre que mujeres, pero en los tramos superiores se invierte esta relación debido a la mayor esperanza de vida femenina.
Este estado de cosas que se ha producido en el envejecimiento, teniendo en cuenta, además, que la pandemia COVID-19 por coronavirus ha incrementado el número de defunciones en un 17%, no es un fenómeno actual sino que esta situación no tiene perspectiva de mejorar ya que, según la proyección del INE (2018-2068), en 2068 podría haber más de 14 millones de personas mayores, lo que equivaldría al 29,4% del total de la población que se estima alcanzaríalos 48.531.614 habitantes, con la particularidad de que, en las décadas de los 2030 y 2040 tendrían lugar los mayores incrementos ya que en esos años llegaran a la vejez los niños que nacieron durante el baby boom (nacidos entre 1958 y 1977), que ascienden a 14 millones y comenzaran a llegar a la jubilación en 2024.
Las comunidades autónomas más envejecidas (mayores de 64 años por cada 100 menores de 16), son Asturias (231%), Galicia (207%) y Castilla y León (204%) y en el extremo opuesto, y, por tanto, con mayor proporción de jóvenes: Ceuta (61,7), Melilla (46,2) y Murcia (90,4%). En cuanto a las provincias más envejecidas destacan por tener el mayor número de mayores de 85 años: Zamora (6,4 %), Soria y Orense (6%), Lugo (5,9%), León (5,3%). En este contexto las provincias castellano manchegas tienen los siguientes valores: Cuenca (4,6%), Ciudad Real (3,4%), Albacete (3,2%), Guadalajara (3,2%) y Toledo (3,1). Y, por último, los municipios más envejecidos son: Arandilla del Arroyo (Cuenca, con una media de edad de 77,7 años), Riba de Escalote y Tello (ambos de Soria, con una media de 74, 7% y 74,5%, respectivamente). El resultado final de esta situación, analizado el envejecimiento por municipios (mapas 1 y 2) se nos ofrece una imagen en la que el centro peninsular está muy envejecido coincidiendo con los municipios de pequeño tamaño.
Entre las causas de este envejecimiento están: la disminución de la tasa de natalidad, el aumento de la esperanza de vida, siendo uno de los muchos problemas que genera el desequilibrio en las pensiones ya que la relación cotizante-pensionista cada vez está más desequilibrada. El resultado de esta situación en nuestra España Rural, es que hay muchos núcleos en los que casi toda la población o toda está muy envejecida y bien por mortalidad natural o porque se marchen a vivir con sus hijos para que los cuiden, porque en el pueblo no hay servicios que permitan quedarse en él, esos municipios van a desaparecer.
Finalizo recomendando la lectura del artículo escrito por mi compañero Fernando Adolfo Gutiérrez Díaz de Otazu en el diario El Faro de Melilla titulado “La España deconstruida”. Excelente.
Juan Antonio Callejas Cano. Diputado nacional por Ciudad Real. @jacallejascano