Este martes, 22 de marzo, celebramos el Día Mundial del Agua. Lo hacemos para recordarnos a nosotros mismos que el agua está en crisis, de hecho lleva en crisis muchos años. También lo hacemos para insistir en que es importante buscar y tomar medidas que solucionen esta crisis. Las cifras, por reiteradas, resultan frías y pasan desapercibidas a pesar de su contundencia.
Dos mil doscientos millones (2.200.000.000) de personas viven sin acceso al agua potable. Más del 80% de las aguas residuales se vierten en los ríos o en el mar, provocando su contaminación. Desperdiciamos por descuidos, mal uso o deficiencias cerca del 40% del agua potable que consumimos. Y podría seguir aportando datos que dicen muy poco de que, por el momento, a nivel global, podamos presumir de que la crisis del agua está en vías de solución.
Como presidente de la Mancomunidad de Aguas del Sorbe me preocupa esta realidad. Desde la institución que presido trabajamos todos los días para, dentro de nuestras competencias, mejorar el buen uso de este recurso vital e imprescindible. Las tareas de vigilancia de las conducciones para la detección de fugas, el mantenimiento de las tuberías y la modernización del transporte de agua, ocupan buena parte del trabajo de todos los trabajadores que formamos parte de esta mancomunidad. Pero no es suficiente. La crisis del agua es un problema que no solo me afecta a mí, como presidente de la MAS, sino que me preocupa como ciudadano y espero que nos preocupe a cada uno de nosotros porque, de esta crisis, será imposible salir sin que todos, uno por uno, en cada casa y en cada puesto de trabajo, los 365 días del año, arrimemos el hombro.
Todos podemos cerrar la llave del grifo mientras nos enjabonamos las manos o el cuerpo o nos lavamos los dientes. Todos podemos darnos duchas cortas y evitar usar la bañera. Todos podemos tirar la basura al cubo correspondiente en lugar de al inodoro y podemos no tirar desperdicios en los ríos ni en el mar. En definitiva, todos podemos utilizar el agua de manera responsable, es nuestra responsabilidad, perdonad la redundancia, y todos debemos cuidar los paisajes en los que nace y transcurre el agua que luego vamos a beber. Si no lo hacemos, somos unos irresponsables y nunca podremos culpar a otros de esta crisis porque nosotros somos el problema y a la vez la solución.
La fecha que nos recuerda que debemos hacer un uso responsable del agua (22 de marzo) es aleatoria, la fijó Naciones Unidas hace ahora 30 años. En realidad todos los días deben ser días en los que pensemos en mimar el agua, no solo cuando nos lo recuerdan o cuando la echamos en falta. Sin embargo, me alegra que se celebre justo al día siguiente del Día Mundial de la Poesía. Nadie como los poetas han sabido reflejar la capacidad del agua para evocar sentimientos, la importancia del agua como parte esencial de nuestra existencia. Por eso me permito terminar estas palabras con unos versos de Federico García Lorca: “El sonido del agua es como un polvo viejo/ que cubre tus almenas, tus bosques, tus jardines,/agua que es sangre de tus torres heridas,/agua que es toda el alma de mil nieblas fundidas/que convierte a las piedras en lirios y jazmines”. Sin agua no hay vida.
José García Salinas. Presidente de la Mancomunidad de Aguas del Sorbe (MAS)