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La tribuna

Desde el balcón de mi ignorancia

2 agosto, 2022 07:41

Mirar desde las alturas, y desde cualquier cosa que se considere un mirador, y otear el horizonte de la vida, es lo que yo creo que debemos hacer los seres humanos para poder, al menos, valorar las actuaciones que se producen en todos los ámbitos, y esa mirada es importante, cuando se hace con realismo y ajustada a los problemas vitales, sean del tipo que sean, pero ello no quiere decir que las personas entendamos de todo y en todo seamos unos expertos. Al contrario, debemos tener la suficiente humildad para no creernos la premisa de que de todo sabemos, pero sí considerar que la lógica sobre los hechos se puede seguir por cualquier persona que desarrolle su pensamiento.

Viene este artículo a cuento como consecuencia de la cantidad de sentencias que se producen en la justicia de una manera diaria, sentencias sobre montones de asuntos que, en muchas ocasiones, a los que no somos expertos en el tema nos producen cierta perplejidad.Sentencias que serán ajustadas a derecho, cuando así lo determinan los tribunales que juzgan los hechos, pero que desde el balcón de mi ignorancia no alcanzo a comprender. Cierto es que ahí está la ignorancia.

No obstante, y dicho lo anterior, aunque uno tenga ignorancia sobre el tema, las personas sí tenemos la capacidad de pensar y expresarnos libremente sobre algo que se nos escapa y que somos incapaces de entender, pero esa ignorancia nos plantea muchas dudas respecto de las sentencias que se producen. Por ello, es sano que ante ese no entender nos pronunciemos para que alguien, con conocimiento, y de forma razonada, sin ningún tipo de interés y con independencia, nos saque de nuestro error.

Como reconozco que no tengo los conocimientos necesarios no voy a pronunciarme por ninguna sentencia, faltaría más, pero sí que me choca que ante cualquier hecho que se juzga, sea del tipo que sea y la instancia que lo haga, en ocasiones vemos que ante un mismo hecho juzgado se producen sentencias distintas. Mmientras un juez condena, otro juez absuelve el mismo hecho, y esto a quienes no entendemos nos choca, y pensamos que la ley tiene interpretaciones diferentes ante los mismos hechos.

Algo que se nos escapa también a los legos en la materia es que en un mismo tribunal, compuesto por ejemplo por cinco magistrados, se produzca una sentencia en la que dos de ellos vean que no existe el delito y los otros tres condenen los hechos. Yo reconozco que en mi ignorancia y cortedad ni lo he entendido ni llegaré a entenderlo nunca; tal vez sea demasiado para mí, pero así es, así lo entiendo y así lo escribo, sin ninguna vergüenza a expresarlo.

A tenor de lo dicho anteriormente, no es descabellado el ver como una encuesta sí y otra también vienen a reconocer que los españoles de a pie no creemos mucho en la justicia, cada cual por las razones que tenga, o bien porque cuando la ve de cerca y no se adapta a la sentencia que pensaba, o cuando viéndola de lejos, sin que le afecte a uno, considera que una determinada sentencia no es lo que se esperaba porque los medios han hablado tanto de los hechos que se juzgan, que nuestra idea no es acorde con eso que nos han transmitido.

Ciertamente, en una democracia la justicia tiene que ser totalmente independiente, sin estar sometida a ningún otro poder, y desde luego, igual para todos, seas quien seas, vivas donde vivas, tengas lo que tengas, y desde luego, ser justa, aquí en esta última palabra está la madre del cordero, y donde se encierra una verdad indiscutible, verdad que es la que se tiene que ver en la acción de los jueces, aunque entiendo que esto es difícil, pero es lo que esperamos quienes somos, como decía antes, legos en la materia.

Estas reflexiones, o lo que se quiera considerar que hago en este artículo, son reflexiones que nos hacemos constantemente en muchas charlas entre amigos y están en la comidilla del día, y más en unos momentos que hay cantidad de sentencias, que de una u otra manera nos dan que pensar, y se nos escapan totalmente al razonamiento lógico de quienes no somos expertos en la materia, pero que nos hacen desconfiar, en muchas ocasiones, de esa justicia que desde luego tiene un papel difícil, pero ese papel también se da en muchas profesiones de la vida y creemos más, por ejemplo; para no extenderme, en un cirujano que también tiene ante si una papeleta en una operación.

Desde el balcón de la ignorancia también se puede reflexionar, y desde luego que esas reflexiones llevan una carga de realismo, de la gente llana, que sabe lo que es la vida cotidiana y día tras día vive los problemas, problemas que vemos que no son tratados con la consideración que creemos.

Antonio de Miguel (con camisa azul)  en los años 80 cuando formaba parte del retén de Montes Claros en la Sierra de Ayllón.

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