Son muchas las mujeres que están denunciando pinchazos en lugares de ocio y aglomeraciones y que se encuentran aterradas por las posibles consecuencias de las drogas o infecciones que sospechan les han inyectado.
Amedrentar y atemorizar a las mujeres que salen a divertirse es uno de los objetivos de aquellos que salen de casa cargados con agujas o jeringuillas. No es una moda, no es una broma, es el patriarcado de siempre queriendo ponernos "en nuestro lugar".
Otro objetivo es abusar de un cuerpo inerte que no puede oponerse, debido a la química, a los deseos inmediatos y violentos de quien considera que las mujeres son solo objetos para su satisfacción.
Sometiendo la voluntad de las mujeres que salen solas, que salen con sus amigas, que se atreven a reír y divertirse, que quieren vivir la noche y la fiesta, nos mandan un mensaje a todas: "Quedaos en casa y no os pasará nada, porque los espacios públicos son nuestros, y si salís las consecuencias serán solo culpa vuestra".
Ante este panorama es obligado tomar medidas inmediatas para que las mujeres se sientan seguras en los lugares de ocio, en todos los lugares, para que sean los agresores y violadores quienes tengan miedo de salir. Miedo a que sea toda la sociedad al unísono la que los arrincone, repudie y denuncie porque considera inasumible el comportamiento violento y posesivo de cualquiera de sus miembros. Hasta que llegue ese momento pedimos la implicación de administraciones, locales y centros, familiares, amigos y aliadas para mantener el foco puesto en los agresores y no en las víctimas.
María Isabel Álvarez Domínguez es responsable del Área de Mujer de Izquierda Unida en Castilla-La Mancha