La paz, un deseo
Buscar noticias sobre la situación de la paz mundial en un motor de búsqueda ha resultado ser misión imposible porque apenas se obtienen resultados esperanzadores; y los que se recaban muchos están relacionados con las negociaciones relativas a la invasión rusa en Ucrania. Quizás haya muchos más resultados, pero los algoritmos de internet no lo ponen fácil. Y es que da la sensación de que la paz mundial en nuestros días es un deseo que todos tenemos, pero no una realidad pues cada vez son más las situaciones de guerra que se producen en el mundo. Parece que el estado de paz en los países no existe ni existirá, pues en todos se producen circunstancias adversas y dolorosas que alteran la tranquilidad y la calma de estos. Circunstancias incomprensibles y que están en manos de personas sin corazón.
Podemos recordar los conflictos bélicos sin acabar como los Oriente Próximo, Siria y Yemen que tensionan la situación política mundial. O la ofensiva de Rusia a Ucrania, una guerra que no cesa, pese a las negociaciones políticas y a los intentos de organismos como Naciones Unidas o la Unión Europa de alcanzar la paz. La realidad es que la crisis humanitaria en este país va en aumento día a día. No nos olvidamos del pueblo de Venezuela que atraviesa una grave crisis desde hace años o ahora en especial a los ciudadanos de Nicaragua que sufre las consecuencias del régimen totalitario que ya sabemos dónde deriva. O la inestabilidad interna de países como Sudán, continuamente con enfrentamientos y confrontaciones entre la población. Estas son algunas de las noticias que nos ilustran cómo la paz está en peligro y que parece algo utópico e inalcanzable.
Aunque a veces surgen informaciones como la publicada a comienzos de agosto sobre el anuncio de un alto al fuego entre Gaza e Israel después de días de hostilidades o las noticias sobre los acuerdos de paz en Colombia que también recientemente se han divulgado; en ambas parece que hay esperanza de paz pero objetivamente el fin de los conflictos en los países está todavía lejos de alcanzarse y no deja de quedarse en un titular para los medios de comunicación.
O en nuestro entorno más cercano son muchas los titulares de los medios de comunicaciones que nos informan sobre asesinatos, agresiones, violencia, peleas, disputas entre familias que no cesan. La guerra de la puerta de al lado, de la que tenemos a nuestro alrededor.
¿Cómo se resuelve una guerra? Es evidente que las disputas de poder, las ideologías, las estrategias territoriales y económicas son algunos de los factores que intervienen en el surgimiento de los conflictos y donde las negociaciones políticas y el diálogo entre los gobiernos son fundamentales para el cese de la actividad bélica. Ante esta situación, ¿Qué podemos hacer como ciudadanos? Los que tenemos fe, tenemos que rezar mucho con intensidad, pidiendo por la paz del mundo y comportándonos como el Evangelio nos enseña. Pero al margen de nuestra fe, todos podemos construir la paz, porque la paz comienza en uno mismo.
Construimos la paz con un arma poderosa como es el amor a los demás. Todos somos conscientes de que la violencia, la confrontación, el odio y el egoísmo destruyen la paz, y en la sociedad en la que vivimos debemos sembrar, empezando por los más pequeños, los principios de respeto, tolerancia, reconciliación, empatía y generosidad, valores que parecen que se nos han olvidado.
El 21 de septiembre es el Día de la Paz, aunque el día escolar se celebra en España el 30 de enero, un día declarado por Naciones Unidas para sensibilizar sobre la importancia de la paz, pero un solo día no es suficiente, urge que el recordatorio sea diario. Recordamos al Papa Francisco, el 1 de enero de 2022 en el mensaje de la Jornada Mundial de la Paz 2022, donde nos proponía tres caminos para construir una paz duradera: Diálogo entre generaciones, educación y trabajo. Tenemos todos una tarea, y se nos invita como dice el Papa Francisco a convertirnos en “artesanos de la paz”.
GRUPO AREÓPAGO