“En llegando” a la Jara, se suavizan las penas, mejoran las depresiones y se alegra el alma… Digamos que esta Comarca despoblada de Castilla la Mancha es un buen lugar para rehacerse cuando se afronta una crisis o un cambio vital. No sé muy bien el motivo que conduce a estos hechos, pero lo cierto es que ocurre. Quizá es el sonido de la naturaleza o el silencio que en estos días de septiembre se rompe con la berrea, tal vez es el carácter abierto de sus gentes o el patrimonio cultural tan necesario para revitalizar las zonas rurales, preservar la verdadera memoria de nuestra historia y enriquecer a quien se acercan a descubrirla. Tal vez es el empeño de sus habitantes en mantener las tradiciones o que por cada km2 de Comarca solo es posible encontrarse con otras siete personas. Quizá son sus guisos especiales aliñados con plantas aromáticas enraizadas en terreno pedregoso, o sus cocidos y asados, sus vinos de pitarra dulces o ásperos o aquellos más elaborados que aspiran a conseguir una Denominación de Origen propia para la Comarca. Tal vez es el queso de cabra o la miel o el aceite, todos ellos con su punto de sabor, aroma y calidad propia de una tierra de jara y retama. O su construcción característica de pizarra o de adobe o sus encalados, sus ventanucos y portones, sus corrales o sus molinos de agua. O tal vez es que detrás de todo ello hay personas que sostienen la convivencia con otros pueblos a los que les unen lazos de matrimonio, trabajo, familia o amistad y que encuentran en festividades tradicionales como la del Santísimo Cristo Arrodillado motivos suficientes y necesarios para reunirse y mostrar el valor que aporta la fuerza viva comarcal.
Sevilleja de la Jara es tan grande como su propio término municipal, el tercero en extensión en la provincia, como su actividad cinegética, como su centro de recuperación de aves rapaces, como la solera que refleja su arquitectura y su iglesia, sus caños, su lavadero y su carismática sierra. Y es que el paisaje y el urbanismo de un pueblo dice mucho de su paisanaje y del valor que le dan a la cultura, a la historia y a la tradición. Aquí saltan a la vista el orden, el apoyo mutuo y la acogida.
Pues bien, en fechas como hoy, tienes la suerte de estar cerca de las personas más capaces de la Comarca que se encuentran en el Centro Ocupacional de APANAS en Gargantilla, la pedanía más cercana o mantener conversaciones muy interesantes con jóvenes y mayores, intercambiar opiniones con algún presidente de Asociación de Jubilados de pueblo vecino o escuchar la serenidad de la presidenta de la Asociación de Mujeres local. Puedes reencontrarte con Lali, concejala popular y una de las pocas pastoras de la provincia de Toledo que se vino de Madrid a vivir al pueblo y que con mucho trabajo saca adelante su explotación caprina, compartir conversación sobre feminismos y muchas otras cuestiones con José, el nuevo sacerdote del pueblo y con dos grandes mujeres de la Nava de Ricomalillo, Ana y Feli, que afrontan cualquier dificultad que se les ponga por delante. Puedes saludar a antiguos compañeros de andanzas de juventud de Campillo de la Jara. Puedes charlar con el alcalde ganadero más gracioso y más votado de toda la Comarca, José Manuel, de Aldeanueva de Barbarroya o ver como baila un pasodoble el Secretario del Ayuntamiento, un hombre muy serio en su trabajo con quien comparto afición atlética. Puedes sentir como disfruta con días como este Lili, la mujer rumana que gestiona el bar del Cazador y saludar de cerca a David, el joven emprendedor que ha comprado la gasolinera o conocer más de cerca al joven que ha emprendido en la panadería venido desde Arenas de San Pedro o saludar a Víctor de Buenasbodas, trabajador del Ayuntamiento. Puedes escuchar ideas, consejos y aprender un poco de la sabiduría de José Ignacio, doctor en filología que recientemente ha presentado un libro sobre su infancia en el pueblo.
Puedes hablar hasta de reformas con un albañil jubilado que superó la crisis del 85 trabajando en el medio rural. Puedes ver como preocupa el tema de la okupación y compartirlo con Marcelino, el alcalde pedáneo de Minas de Santa Quiteria o que el Juez de Paz te descubra aún más todo el potencial de oportunidades de emprendimiento que tiene el Municipio. Puedes hablar de olivas y de transporte con Marcelino Corroto. Puedes acercarte el bar de Juanjo a tomar un café y sentir la cercanía y las relaciones sociales que se gestan y crecen en los pequeños bares de pueblo. Puedes saludar a personas que hace tiempo que no veías y que son el puro reflejo del don de gentes que tiene la Comarca de la Jara de la que siempre nos sentimos parte allá donde nos encontremos, porque se lleva en el alma. Las tradiciones promueven estos encuentros. Las tradiciones generan vínculos. Las tradiciones conectan personas e ideas. Si la vida son dos días, en Sevilleja de la Jara, cunden y enriquecen como dos y medio. Que se lo digan al alcalde, Faustino Ollero, que siempre tiene en el punto de mira el desarrollo del pueblo. Me recordaron que la Vía Verde de la Jara continúa cerrada y abandonada y pensé en el sinsentido que tienen aquellos que quieren crear una nueva en Cuenca y para ello han eliminado el ferrocarril. ¡Que arreglen la de la Comarca de la Jara y dejen funcionar las infraestructuras que ya existen! Que este año por primera vez y desde que se inició TALAJARA, no se va a pasar por ella. Gracias a todos por un día de vivencia, por un día de experiencias.