El día 23 de enero de 2023, festividad de San Ildefonso, a las veinte horas ha terminado la celebración del cincuenta aniversario del colegio San Ildefonso de Talavera de la Reina, un acto sencillo pero muy emotivo, con el lema “Por otros 50 años de calidad y corazón”, un lema bonito, y acorde con un colegio, que efectivamente pone el corazón en lo que hace; enhorabuena es la palabra que me sale, y me sale de verdad.
Dicho esto, creo que es de justicia, y para mí muy importante recordar y homenajear con motivo de este 50 aniversario, a una de las piezas clave que ha tenido que ver mucho en el desarrollo del centro, se llama José y fue conserje durante veintiséis años, años en los que el colegio experimentó una gran evolución en muchos aspectos, aspectos que tenían que ver con el mantenimiento del centro, la decoración, la relación con los alumnos, lo padres y con el equipo directivo, resolviendo asuntos de convivencia por conocer perfectamente al barrio y sus problemas, lo que venía bien al equipo directivo para desarrollar esa misión
José fue premiado en 2003 en el día de la enseñanza que se celebró en el Teatro Circo de Albacete, un marco incomparable, y fue premiado como mejor conserje de los colegios públicos de Castilla-La Mancha; un día para recordar, y poner en valor a gentes como él que han hecho ciudad, ciudad de Talavera, porque su labor en el centro ha sido tan importante, que solamente las gentes que hemos trabajado con él, profesores, cuidadoras, cocineras limpiadoras, sabemos de su entrega, y de con que agudeza afrontaba los problemas, con mano izquierda y explicando la razón de una manera o de otra, siempre buscando la mejor.
Sería mucho lo que se podía decir de José, pero lo más acertado es que, posiblemente, era la persona más querida del centro por todos los que le formábamos, y era tan querida que no era José el conserje, era el Señor José, respeto a tope, y se demostraba la categoría humana de la persona, siempre dispuesto a ayudar fuera quien fuera, no ponía pegas.
El Señor José, el conserje, ante el que me descubro, tenía tal valía que al equipo directivo le ayudaba en todo lo que se le pedía, que eran muchas cosas, porque era muy experto en distintos cometidos, y proponía cosas que no teníamos más remedio que aceptar, iba siempre por delante, y desde luego acertaba en el diagnóstico, y entre los muchos trabajos que hizo en el colegio, por cierto casi nunca se tomaba vacaciones, las aprovechaba para hacer obras, si alguien se da una vuelta por las instalaciones podrá comprobar lo que digo, y digo que entre esos trabajos quiero destacar uno en particular, tal vez no el mejor, pero el más significativo, por cuando lo hizo y por las circunstancias que concurrían; ese trabajo fue arreglar una de las aulas para poner los ordenadores que nos habían asignado para el aula Althia; cuando le dijimos, desde el equipo directivo donde iban a ir instalados los ordenadores, nos dijo que los ordenadores tenían que entrar en una aula perfectamente arreglada, y así fue, nos convenció porque tenía toda la razón, y aula digna de ver.
Ciertamente que de José se podría estar hablando mucho tiempo, porque como ha dicho en el acto del 50 aniversario ha hecho barrio, y el barrio y el colegio son para él la misma alma y el mismo corazón, y también para quienes le conocen en el barrio, es el Señor José y el Señor José se siente orgulloso del cariño que le demuestran sus vecinos, y la comunidad educativa de San Ildefonso.
No me quiero extender más porque fueron muchos años juntos trabajando, años en los que se puso el grano de arena que a cada cual correspondía, para hacer un colegio público a la altura que se merece Talavera; Señor José, para ti este pequeño homenaje de quien ha entendido tú trabajo, trabajo que siempre hiciste con ilusión y nunca poniendo pegas.
Señor José, gracias por dar valor con tu entrega a un centro como San Ildefonso, un centro a la vanguardia de la educación, para mí, gracias José, el único que así te llama siempre.