“Iratxe, es la primera bebe española nacida en Madrid en el año 2023”, fue el titular de muchas de las noticias con la que los medios de comunicación comenzaron el nuevo año. Ante tantas noticias tristes del primer día del año como fue el fallecimiento de Benedicto XVI o los continuos ataques rusos a la ciudad ucraniana de Kiev, destacaron las imágenes de la vida, del nacimiento de los primeros bebes al empezar el año. Sólo es noticia el nacimiento de un bebé el primer día del año. La vida es noticia todos los días.
Las estadísticas del INE demuestran que la bajada de la natalidad en España sigue marcando mínimos históricos y las previsiones no son nada halagüeñas. Y es que la política familiar y social se trata de forma distinta según los países; en España podríamos decir que las medidas de apoyo a la familia no son todavía suficientes; parece que los recursos económicos públicos están enfocados a la interrupción del embarazo más que a favorecer la natalidad; cada vez hay menos niños, menos embarazos; las prestaciones de las Administraciones Públicas, tan necesarias, son ciertamente escasas para atender las necesidades reales de las familias que deseen tener hijos, especialmente las que están en situación de dificultad. Aunque se ha evolucionado en medidas de conciliación familiar y laboral, la realidad es que no todos los padres y madres pueden disfrutar de estas medidas, que sobre todo son factibles en el ámbito laboral de las administraciones, pero no tanto en la empresa privada. Un nacimiento en muchos casos –cuando no debería ser así porque la vida es un don- genera un problema; no hay respaldo por parte de las administraciones que fomentan la cultura de la muerte.
Según el Instituto de Política Familiar en su informe sobre la Evolución de la Familia en España en 2021 (Instituto de Politica Familiar (ipfe.org), la familia es una institución en crisis, y el informe así lo manifiesta, pues “la natalidad no sólo ha caído a niveles dramáticos, sino que se está agravando aún más con el aborto”; son urgentes políticas favorables a la familia, porque como se indica en este informe, “una sociedad sin hijos es, sin duda, una sociedad sin futuro”. El envejecimiento poblacional en España es muy notable en los últimos años, nuestro país está entre los 6 países de la Unión Europea con mayor proporción de mayores de 80 años.
Son solo algunos datos. Todos ellos evidencian una clara incertidumbre ante el futuro de nuestra sociedad y ponen claramente en riesgo el Estado del bienestar del que nos hemos dotado. Todo ello, en un contexto como el actual, muy complicado, de pérdida de valores y de conflictos continuos entre los hombres y mujeres, cuando la familia, precisamente por ello, es más necesaria que nunca.