Hoy es un día muy especial que tengo marcado en el calendario desde el año 2018, cuando por primera vez celebramos un día nacional para promover la conciliación y la corresponsabilidad en los hogares.
Un día institucional que fue posible gracias al acuerdo y al consenso de todo el arco parlamentario, que fue consciente de que la igualdad real no será posible hasta que los hombres y las mujeres se impliquen de igual forma en el cuidado del hogar y la familia.
Un consenso que nació de una iniciativa personal que presenté en el año 2016, y de la que me siento especialmente orgullosa, porque veo cómo desde entonces se están produciendo algunos avances en materia de conciliación y corresponsabilidad en los hogares.
Esta iniciativa fue aprobada en el año 2018 por el Consejo de Ministros, que estableció que el día 23 de marzo fuera decretado como el Día Nacional de la Conciliación y la Corresponsabilidad, con el objetivo de implicar en esta tarea a toda la sociedad; a las familias, personas trabajadoras, administraciones públicas, empresas y agentes sociales.
En estos últimos cinco años, la palabra conciliación ha provocado multitud de debates en el Congreso de los Diputados y en los medios de comunicación, dando el salto a la ciudadanía en general, ahora más concienciada. Según el estudio “Los roles cambian” elaborado por Ariel e Ipsos, cada vez más hombres jóvenes comparten las tareas del hogar.
Los avances en materia de conciliación progresan, sí, pero de forma lenta. A día de hoy, la mujer sigue siendo la encargada habitual de realizar las tareas de la casa, de ocuparse del cuidado de los hijos y, por si fuera poco, de intentar mantener un empleo remunerado fuera del hogar donde la empresa tampoco se lo pone fácil.
La conciliación es una de las claves para llegar al ansiado objetivo de la igualdad real de oportunidades entre hombres y mujeres, tarea que se antoja aún más difícil, y supone un reto mayor si miramos al medio rural.
Somos el segundo país de Europa con mayor desempleo femenino rural: con 2,7 pp frente a los 1,1 pp de tasa de paro que tienen en las zonas rurales de Europa. Y es la falta de conciliación y corresponsabilidad la principal causa que expulsa del mercado laboral a las mujeres rurales.
Es por ello que, desde AFAMMER, trabajamos incansablemente desde hace más de 40 años para ayudar a las mujeres de todos los pueblos de España a conciliar sus cargas familiares y laborales. Pero también, concienciamos a toda la sociedad rural para que sea consciente del enorme coste que la falta de conciliación tiene para el medio rural, y para todo el conjunto del país.
Se estima que las desigualdades de género en conciliación en el medio rural suponen un coste de 38.500 millones de euros, lo que equivale al 3,1% del PIB de 2019.
Si no somos capaces de crear conciencia social y promover la conciliación en todas las esferas de la vida, no podremos hacer frente al reto demográfico: apenas se superaron los 7 nacimientos por cada mil habitantes el pasado año.
La igualdad real será posible cuando las mujeres no tengan que elegir entre su carrera profesional o ser madre, y para ello es necesario que desde las propias empresas se pongan en marcha medidas más flexibles para poder conciliar de la manera oportuna.
Habrá igualdad cuando las mujeres no tengan que sacrificar su vida laboral o pidan excedencias por tener que cuidar a sus hijos o familiares dependientes. En el año 2022 el número total de excedencias fue de 47.455, de las cuales 33.290 correspondieron a mujeres, el 70,2% del total, frente a las 14.165 respecto a los hombres.
Pese a estos números alarmantes, seguimos en proceso de avanzar en materia de conciliación, pero el camino sigue estando muy empedrado. Mientras que no se encuentre solución que satisfaga a todas las partes, los índices de natalidad seguirán siendo muy bajos en España, y ya son de los más bajos de la Unión Europea.
Desde AFAMMER reivindicamos este 23 de marzo con fuerza y seguimos luchando por hacer que el Día de la Conciliación y la Corresponsabilidad llegue a ser una fecha de celebración por haber logrado el objetivo que llevamos años persiguiendo.
Carmen Quintanilla Barba. Presidenta Nacional de AFAMMER. Parlamentaria de honor y miembro permanente del Consejo de Europa