Ya está desatado y se ha puesto en modo rock and roll. Casco y mono de faena. De perdidos al río. Emiliano García-Page salió el sábado del Comité Federal del PSOE como el llanero solitario y con una victoria moral en el bolsillo y se está viendo con fuerza para intensificar su andanada y tirar por la calle del medio. Heavy metal frente a la humillación de Pedro Sánchez a los españoles. Golpetazos al sanchismo. Page está desmelenado: no piensa callarse y todos los días sale a la calle con los altavoces de la furgoneta para decirle a la parroquia las cuatro verdades del barquero. La vergüenza de su líder. Que lo de Sánchez y el prófugo es un despropósito al alimón, que aquí alguien va a traicionar a España y que lo de los negociadores del PSOE es una indignidad. Una detrás de otra y mucho más. Sánchez o Puigdemont, uno de los dos, “va a terminar siendo un botifler”.
Es tremendo. El barón castellano-manchego, superado el mal trago del sábado, ya ha desenfrenado su pasión y que salga el sol por Antequera. Es un tipo en soledad que está desubicado en este PSOE y no parece que tenga mucho que perder. Tiene su carrera hecha y a los ojos al menos de media España está demostrando una enorme dignidad. Su refugio en Castilla-La Mancha parece asegurado y ya se verá qué le depara el futuro a España y cómo transita Sánchez por el sendero de su desvergüenza y su infamia. La gran mentira del sanchismo, mentira repetida, cotidiana, sistemática, ofensiva, es un insulto permanente a la inteligencia de los españoles (en primer lugar, los militantes socialistas) y viene a ser casi lo peor del régimen en el que nos está metiendo Sánchez, pero Page ya no es de este mundo y dice lo que le da la gana sin mirar las consecuencias. Atropellado pero con serenidad y mucho qué decir.
Es verdad, como me insisten algunos amigos (incluso los más moderados), que al presidente de Castilla-La Mancha le queda un último servicio por hacer a España: salvarla de la quema, echar a Sánchez, quitar de encima a la Nación las sucias manos del fugado. Evitarnos la humillación y poner toda la carne en el asador, es decir, usar la artillería gruesa y acometer a Sánchez por tierra, mar y aire, pero eso ya tal vez sea mucho pedir para un socialdemócrata moderado que todavía cree en las reglas del juego y en la democracia. Entiendo la carta de Paco Núñez, el presidente regional del PP, apelando al elefante de Page en la cacharrería de Ferraz, pero reconocerá el líder popular que está pidiendo un imposible. “Es tu deber, sólo tú puedes hacerlo”, le dijo Núñez al barón socialista para frenar a Sánchez, pero esa línea roja es un imponderable. Ojalá no lo fuera.
En fin, rock and roll y botiflers. ¿Uno o el otro? Los dos, amigos, los dos. Emiliano, el casco, adelante y a cubierto que, como ya sabemos, al mundo nada le importa.