Nos encontramos ya en 2024 y todavía son muchos los retos sociales que el siglo pasado dábamos por hecho que habrían sido superados. Sinceramente, soy optimista, y creo que no es una utopía pues, aunque a veces parezca que la sociedad avanza despacio, lo importante es que avanza. Uno de esos retos que debían estar superados es la igualdad plena entre hombres y mujeres. No es que se sigan usando palabras como obstáculo, limitación, dificultades o restricciones, lo lamentable es que todavía existan esos hechos, que exista ese techo de cristal.
La igualdad y su concienciación se consiguen con educación, tanto en las familias como en las escuelas, así como en los modos en los que toda la ciudadanía se trate entre sí. Pero es cierto que también hace falta un empujón desde las Administraciones y hay que legislar para que lo que es justo, pero no nace de manera voluntaria, se consiga de manera legal, porque lo justo y lo legal ya nos ha dicho la Historia que a veces no coincide, y para eso están las y los buenos legisladores y, por supuesto, las voces que avisan de los cambios y de las injusticias sociales.
Hoy es el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Hoy, 11 de febrero, debemos celebrar los avances tan enormes de la entrada de la mujer en la ciencia y la tecnología. Las mujeres no llegan todavía a un 30 % de puestos de investigación y desarrollo en todo el mundo. No quiero parecer conformista, en absoluto, pero creo que podremos alcanzar el 50 % pronto.
Para ello no solo debemos participar, como digo, con legislación, sino alertar también a otras sociedades del planeta en las que las mujeres se encuentran en un estado de discriminación como nunca se ha llegado a vivir en nuestro país. No solo consiste en lo que las mujeres pueden conseguir en la ciencia, sino en el ejemplo que dan a las que están a punto de empezar o a las que todavía ni se lo han planteado. Debemos recurrir a los ejemplos cercanos: una hermana, una madre, una tía, una vecina, una profesora… Porque ya hay muchas a nuestro alrededor. Y no quiero que esto signifique demeritar el trabajo realizado por los científicos, pero sí abrir las mismas puertas que los hombres hemos tenido.
En Castilla-La Mancha estamos vigilantes de abrir todas las puertas posibles a la igualdad, lo que incluye también la igualdad en la investigación científica. Como muestra, desde 2015 a 2022 (año con los últimos datos del INE), el número de mujeres investigadoras en Castilla-La Mancha ha ido incrementándose, pasando de 597 a 829, es decir, un 38 % más. Por otro lado, desde el año 2017, la Consejería de Educación, Cultura y Deportes ha apostado por la promoción de la participación de las mujeres en los proyectos de investigación, implementado medidas de acción positiva en los criterios de valoración de las solicitudes. Su tasa de éxito, desde el año 2017 hasta el año 2021, se ha incrementado en casi un 17% y las cifras de mujeres investigadoras principales de proyectos se mantienen en torno al 40 % en los últimos años.
Además, para animar a nuestras y nuestros jóvenes al conocimiento científico, se han implantado dos nuevas materias en Secundaria y Bachillerato denominadas «Cultura Científica» e «Investigación y Desarrollo Científico», respectivamente, en las que se puede profundizar en los saberes básicos relacionados con la ciencia y desarrollar el pensamiento científico.
Nuestro Gobierno apuesta por la ciencia y la juventud, por el conocimiento y la investigación abriendo caminos hacia el futuro sin dejar de pensar en el presente.
Emiliano García-Page Sánchez, presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.