Al bueno de Paco Núñez, presidente del PP de Castilla-La Mancha, le suenan los oídos a cuenta del “bulo” de que se va a las europeas, que es donde tal vez querría Pedro Sánchez mandar a Emiliano García-Page, su mayor crítico. A ver si se calla. El PSOE lleva tiempo intentando, no sé muy bien por qué, que Núñez salga de su despacho de líder regional de los populares y ejerce sobre esa idea una intensa presión política, con la ayuda inestimable de algún sector interno del PP. Que lo sabe todo el mundo: el fuego amigo siempre es el que más quema y nombres alternativos hay circulando por ahí como zumbidos en la noche.
La especie, lanzada ahora de forma probablemente maliciosa, de que Paconúñez irá a las elecciones europeas en las listas de Alberto Núñez Feijóo, dejando así la política castellano-manchega y una vacante en el liderazgo regional, parece más un enredo que una verdad constatable, aunque generalmente las alegrías de la realidad superan las tristezas de la ficción. Quien lo sabe. El caso es que el presidente de los populares de Castilla-La Mancha (por cierto, muy guapete con sus nuevas gafas intelectualoides) ha sido muy tajante en el desmentido y ha pedido a los difusores de la patraña, o lo que sea, que “den la cara” y pongan nombres y apellidos a las fuentes, que son turbias y pantanosas.
Total, que pronto tendremos noticias de Bruselas y ahí veremos lo que pasa. Contar bulos se ha puesto muy de moda en la política española y su sucedáneo principal, el periodismo de trincheras, y en esos algodones amargos vamos viviendo la realidad de cada día. Perdiendo el tiempo, las ganas y la concordia, que es el muro que Sánchez está levantando entre españoles y que a Page le parece tan mal un día y otro día. El presidente de Castilla-La Mancha, sin embargo, lleva callado toda la Semana Santa, que es tiempo de silencio, aunque imagino que volverá muy pronto con toda su artillería. Lo último fue el 22 de marzo y el aviso iba dirigido a Sánchez: hará un "ridículo histórico" si el separatismo catalán vuelve a intentar la independencia. Más madera, por favor.
Pero no tengan cuidado: nadie hará nada desde dentro del PSOE y el sanchismo seguirá viviendo tan ricamente en la Moncloa, a la espera de ver qué pasa con la cascada de elecciones que tenemos por delante entre abril y junio. Ya se verá después. Lo dijo José Bono el otro día: se impone el silencio, que se lo debemos todo el partido. Y a España que la parta en dos el rayo de Puigdemont, un prófugo que el sanchismo ha convertido en héroe. Viva Ferraz y todo a callar. Menos Page y cierra España. Por cierto, ¿alguien se acuerda ya de la amnistía?
Así que la felicidad del socialista Bono y los suyos es completa y transcurre entre Toledo y los hoteles de lujo en el Caribe, a tutiplén, como Amelia Bono esta Semana Santa en la República Dominicana, que ha sido como vivir en el paraíso. Es maravilloso. La explicación la leí el otro día en varios periódicos: las empresas de la familia van como un tiro y dejan muchos beneficios, así que una es feliz viendo la alegría de los demás y cómo el progreso hace avanzar la vida. Riqueza y empleo, que dice un lugar común muy extendido. La risa que da tener una buena perspectiva y amigos en todas partes.
Así que voy cerrando la pieza, aunque no quiero dejar de felicitar a María Jesús Merino, la eficaz alcaldesa de Sigüenza, por el hito que ha marcado en su ayuntamiento: dejar la deuda municipal a cero y romper moldes. Eso parece una buena gestión, envidiada por muchos alcaldes en España. Enhorabuena y a seguir la racha. Y tan guapísima como siempre.