Anda, mira qué listo. El presidente de Castilla-La Mancha, ese buen socialista de derechas que es Emiliano García-Page, ha tenido a bien darle un sonoro y bonito botefón al ministro comunista de Cultura, el tal Ernest Urtasun, por cargarse el Premio Nacional de Tauromaquia que se inventó José Luis Rodríguez Zapatero en 2011. Ya se sabe que Page es muy taurino y, además, de salón torea como nadie y le ha dado la réplica al ministro copiando a su adorada María Dolores de Cospedal, que si no existiera, el PSOE se la inventaría de tanto jugo que le saca. ¿Y cómo le ha dado Page la colleja a Urtasun? Pues muy sencillo: recuperando los premios de tauromaquia de Castilla-La Mancha que Cospedal creó en 2014 y a los que el propio Page no quiso entonces dar continuidad.
Ahora sí y al presidente de la Junta la jugada le ha quedado chupiguay en todos los telediarios. Copia, que algo queda. O sea, que bien hecho: rectificar es de sabios. Por una vez los socialistas de Castilla-La Mancha reconocen (implícitamente) a la que fue primera presidenta de la comunidad autónoma, en lugar de atizarla así pasen los siglos y sacarle todo el rédito político que pueden. Ya se sabe que Cospedal, como Page, es una firme defensora de los toros y durante su mandato, entre los años 2011 y 2015, creó estos premios taurinos, montó un congreso internacional de tauromaquia en Albacete, declaró la fiesta como bien de interés cultural y constituyó la Mesa Regional de la Tauromaquia, todo ello sin continuidad después cuando regresó el PSOE al poder regional. Que se olvidó de todo... hasta esta semana.
Pero pelillos a la mar. Ahora Page sale al paso de la maniobra electoralista de Urtasun, enfrascado el hombre en las catalanas, y hace el requiebro muy requetebien y con gran aparato eléctrico. Los chicos del PP de Paco Núñez le han llamado “cínico” (a Page, no al ministro), pero eso sólo forma parte del reparto en el teatrillo habitual del ruedo ibérico que, tras la carta de amor fake de Pedro Sánchez, ya es puro Valle-Inclán: un esperpento rodeado de un drama envuelto a una farsa. Así que vaya por delante un aplauso: a Cospedal por el invento y a Page por la sabiduría (y hasta la humildad) de tirar de la memoria histórica, rendir ofrenda y recuperarlo. Por ese camino nos vamos alejando de la trágica polarización en forma de muro fronterizo (cierra la muralla) que el sanchismo está lamentablemente construyendo en la sociedad española.
Una buena obra y un pequeño paso en la dirección correcta: Page acierta hasta cuando rectifica. Por cierto, al bueno de Paco Núñez la lista que Alberto Núñez Feijóo ha preparado para las europeas le ha dejado un poco a trasmano, como fuera de lugar. Un zasca directo. Me cachis: ni un solo castellano-manchego en los puestos de salida del PP para las elecciones europeas, lo cual ya es mala suerte. A saber: el primero de la tierra es Santiago Sánchez en el puesto 27 y el último es José Luis Montalvo en el 60, con Carmen Quintanilla por el medio en el número 32 y Nacho Ruiz en el 44. Un exitazo de poderío e influencia de Castilla-La Mancha en Génova. Aquí tengo que darle la razón a Sergio Gutiérrez, mano derecha de Page en el PSOE regional, cuando hurga en la herida y dice que la socialista manchega Cristina Maestre, número 12 en la lista del PSOE, “volverá a ser la voz de Castilla-La Mancha en Europa”. Se diría que la única, en fin.
Total, que leo con mucho interés y perplejidad la polémica que se ha montado en Burgos con las nuevas puertas de la Catedral que acaba de concluir el manchego Antonio López y que se instalarán próximamente para que todo el mundo pueda disfrutarlas. O lo que sea. Historiadores del arte, arquitectos, pintores, profesionales y ciudadanos han firmado manifiestos con más de 78.000 firmas y un informe desfavorable de la Unesco, de manera que ya veremos lo que termina pasando con la obra del (en todo caso excepcional y universal) pintor y escultor de Tomelloso. Al hilo de este lío ha vuelto a recordarse en Albacete que ya han pasado casi 14 años desde que Antonio López se comprometió a entregar una escultura a la ciudad y nunca más se supo. Cobró por ello dos entregas por importe total de 69.600 euros y quedó pendiente el tercer pago final de otros 34.800 euros, pero hasta el día de la fecha Albacete sigue a la espera de la obra, titulada “El hombre que camina”. Lento, pero camina, o sea, que todo se andará. Y ya.