Tenemos en nuestra España una patronal acostumbrada a que todos los gobiernos, desde la restauración de laboratorio de la democracia, recortasen derechos laborales y que la parte sindical estuviésemos siempre en posición de resistencia.
Pero, fruto de las movilizaciones contra los recortes a raíz de la crisis financiera, nació una mayoría parlamentaria distinta que aún se sostiene, aunque a duras penas.
La patronal ahora dice que las reformas tienen que hacerse en el diálogo social; y se olvidan curiosamente de las doce huelgas generales que hemos tenido en este país ante reformas impuestas por el gobierno de turno con el aplauso de la patronal.
Y tildan la rebaja de jornada que plantea el Ministerio de Trabajo como una medida 'comunista'. Por lo visto, en muchos países de Europa ha debido gobernar el comunismo y no nos hemos enterado. En los Países Bajos: 30,9 horas semanales. En Noruega: 33,3. En Austria: 33,6. En Dinamarca: 34,2. En Alemania: 34,5. En Bélgica: 34,8… ¿Comunistas todos?
'Comunista' igual sí sería nacionalizar la banca o las eléctricas -lo que, por cierto, facilitaría a la industria y a las pequeñas empresas una mejor financiación y un menor coste energético, aspectos que lastran nuestra productividad y la tan cacareada competitividad.
Calcula la patronal hispana los beneficios (y es importante esta palabra) que se dejarían de embolsar las empresas si se consolida la rebaja de jornada planteada por gobierno y sindicatos de clase. ¡Gracias por la información!: nos están dando el dato, aunque manipulado, de la plusvalía que nos arrebatan.
Y señala que es el nuestro un gobierno 'intervencionista'. La patronal es muy liberal cuando toca pagar (que siguen pagando menos los beneficios empresariales que las rentas del trabajo) y muy socialdemócrata -¡y hasta comunista!- cuando toca 'salvar' empresas. ¿O es que no se acuerdan de los cerca de veinte mil millones que se aportaron durante los ERTEs de la pandemia y que salvaron miles de empresas y de empleos? La ley del embudo de siempre, vamos.
Mensaje para la izquierda: Ladran, luego cabalgamos. Pero cabalgamos poco. Tenemos victorias parciales como el SMI, la reforma laboral con la mayor contratación indefinida de nuestra historia o la jornada semanal de 37,5 horas, sí se concreta finalmente.
Pero seguimos perdiendo. Que los árboles no nos impidan ver el bosque, que no es otra cosa que la disputa del reparto de la riqueza. Y los datos demuestran que los beneficios y la productividad no se están repartiendo a quien precisamente los genera, la gente trabajadora.