Son el número de personas que pasaron durante el primer fin de semana por la Feria de Albacete. Lo dijo ayer el alcalde en Onda Cero cuando fue preguntado por ello. Una barbaridad, una exageración, una desmesura. Jamás pensé que el símil de La Meca fuera tan real. Las doce tribus de Israel, filisteos, babilonios y toda la Antigüedad junta, como si pasaran a la vez bajo la Puerta de Hierros. La Feria de Albacete es la historia de un caso de éxito. Trescientos años la contemplan y otros trescientos aguardan. Creo que hacen el cálculo con los GPS de los móviles, esas luces que pestañean en los bolsillos. En cuanto Hacienda mejore la tecnología, le pone drones a los fajos de billetes que se mueven en la Feria. El año pasado fueron más de ciento cincuenta millones de euros los que circularon durante diez días. La cifra es mareante, asombrosa, sideral. Como el libro de reservas de Miguel Ángel Cuevas del restaurante El Callejón. Ayer Manolo Serrano le pidió en directo que lo sacara en la radio y aquello parecía el Antiguo Testamento. Hay familias enteras que hacen reservas de año en año para comer allí en Feria. Es un templo, una iglesia, una religión de la tauromaquia y el albaceteñismo. Sólo por contemplar el impresionante museo que guarda en su interior con más de veinticinco mil fotografías, merece la pena su visita.

Manolo Serrano está viviendo la Feria en plenitud. Confesó que el otro día se emocionó muchísimo cuando abrió la Puerta de Hierros. Todos los recuerdos pasaron de golpe por su cabeza y también los esfuerzos de tanta gente para que la Feria colme las expectativas. Todo el mundo habla de la Feria de Albacete y todo el mundo quiere venir aquí. Pero eso requiere un dispositivo y logística que ha de coordinar el ayuntamiento. La Feria es un éxito porque es de la sociedad civil y la política tiene poco que hacer ahí. Sólo no estropearla y dejarla estar.

¿Por qué te gustan los toros? Porque nos gusta la vida. Así, sin más. Sin otro tipo de argumentos. Pasear por Albacete es respirar taurinismo por los cuatro costados. Además ahora ha surgido una figura que vuelve a ilusionar en la afición. Se llama Samuel Navalón, es de Ayora y pasó por la Escuela Taurina de Albacete, otro caso de buena gestión y excelentes resultados con el trabajo realizado por Sergio Martínez y Gonzalo Gonzalo. Ayer cortó tres orejas y salió a hombros junto a Manuel Caballero, el hijo de otro grande de la tierra. Los toreros se repiten como las sagas y van llegando al albero conforme la tierra los pone. Hacía mucho tiempo que no veía una expectación tan grande en torno a un torero como con Navalón. Me cuenta Manuel Amador, el empresario de la plaza, que las entradas del día catorce se agotaron en seis días. Esa tarde tomará la alternativa con Manzanares de padrino y Roca Rey de testigo. No cabrá un alma, reventará la plaza y estaremos como piojos en costura. El propio Miguel Ángel Cuevas dice que ya es imposible comer en El Callejón ese día. Para que luego digan los mentecatos que los toros se acaban y no generan economía. Es un milagro que una tradición de Creta y Minos se muestre tan viva después de dos milenios en ciertos rincones del planeta. Vayan al sur de Francia. Un torero es más que Mbappé.

Donde más se escancia sidra no es Asturias, sino en la Feria de Albacete. Ayer lo volví a comprobar en el templete, a medio camino entre los redondeles y los miguelitos. Esto es una Navidad permanente, sólo que al Niño Jesús le llevan miguelitos de hojaldre, turrón y crema. Así lo debe poner en los astros del cielo, donde ya se divisan drones de todos los colores. Son como las luces de amanecida, pero de noche y sobre el Pincho de la Feria.

El grupo folklórico El Trillo recrea manchegas y seguidillas en forma de pasacalles, igual que la Unión Musical de Albacete, dirigida por el maestro Alberto Nevado, lo hace con los pasodobles. La música es esencial en la fiesta. Dicen los de El Trillo que falta gente joven en el grupo. Irán cayendo, seguro. Si algo percibe uno los últimos tiempos es el sabor de la identidad, aunque la Feria de Albacete no pregunta de dónde eres ni a dónde vas. Aquí nació mucho antes el Madrid de Ayuso. Si te encuentras a tu ex, es en la caseta de al lado o al siguiente redondel. Y siempre con una sonrisa en los labios. La Mancha es anchurosa y abierta. Somos las alpargatas de España. El trabajo es de sol a sol y la diversión también. Ochocientos mil han venido. Ochocientos mil vendrán. Ochocientos mil son los motivos para cuidar y mimar un acontecimiento como este, sin igual en la región y toda España.