Emiliano García-Page es el patito feo de Ferraz y un intrincado matorral en los cuidados jardines de la Moncloa. Es una evidencia y un lugar común. El presidente de Castilla-La Mancha se ha instalado en el papel del “poli malo” del sanchismo y, con la credibilidad que cada uno quiera darle a la función, es el barón socialista que más molesta a Pedro Sánchez y el que cae más antipático al régimen.
El nuevo curso político, bendito septiembre, ha empezado como terminó el anterior: con un choque permanente entre Page y Sánchez y una guerra abierta que todavía está por ver dónde termina. Dos polos que se repelen en un solo partido, el PSOE, que se muestra dividido en torno a la forma de Sánchez de ejercer el poder y su evidente disposición a mantener el gobierno “como sea”, incluso sin el legislativo, como reconoció el propio presidente en el Comité Federal del PSOE del 7 de septiembre.
A lo largo de la última temporada, y mucho tiempo atrás, Page ha dejado un largo sendero de piedrecitas contra Sánchez, golpes en la mesa que, al hilo de la actualidad de cada día, han ido marcando distancias cada vez más siderales entre ambos líderes y haciendo subrayados de animadversión y pocas simpatías.
Page deja constantemente en evidencia a un Sánchez al que se le ven todas las costuras de su incontrolable ambición política, que le lleva a superar las líneas rojas una y otra vez: colonización institucional, amnistía, cupo catalán, decretazos, falta de transparencia y un largo etcétera. Y eso provoca choques internos que son muy palpables en el caso del presidente de Castilla-La Mancha.
El inicio del nuevo curso político con la llegada de septiembre, en sólo estos primeros diez o doce días, ha dejado ya sembrado un campo de desencuentros que auguran un otoño intenso entre ambos socialistas. Cinco son los frentes principales de batalla que Page tiene abiertos contra el sanchismo y sus socios separatistas y que se irán dilucidando a lo largo de la temporada:
1. Recurso al Constitucional contra la Ley de Amnistía. Dicho y hecho. Page ha sido un batallador nato contra la amnistía graciosamente concedida por Sánchez al fugado Carles Puigdemont y los independentistas, y así lo ha hecho público repetidamente.
Tras la decisión del Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha del pasado 30 de julio de recurrir esta ley al Tribunal Constitucional, Page formalizó la presentación del recurso de inconstitucionalidad el pasado 9 de septiembre, después de asesorarse en el Consejo Consultivo y los servicios jurídicos de la Junta de Comunidades.
La Ley de Amnistía, dice el Gobierno de Page, vulnera la igualdad consagrada en el artículo 14 de la Constitución y es un “chantaje intolerable” del separatismo a Sánchez. Las comunidades del PP también han presentado este recurso.
2. Intensa ofensiva contra el concierto catalán. Page mantiene una posición absolutamente crítica contra el concierto económico de Cataluña pactado por el sanchismo con ERC y esta va a ser una de las grandes batallas políticas del próximo otoño-invierno.
La España autonómica, con Castilla-La Mancha como punta de lanza, se rebela con firmeza contra este cupo catalán que Page ha descalificado con mayor rotundidad que nadie en nuestro país. Todavía resuenan sus palabras contra este acuerdo y su "hasta aquí": “obsceno, grosero y bochornoso” y a partir de ahí la brecha con Sánchez no ha hecho más que agigantarse.
El Comité Federal del PSOE del pasado 7 de septiembre fue testigo de la división interna entre los socialistas, aunque Sánchez ni siquiera habló de este asunto y ninguneó a los barones críticos. El presidente castellano-manchego seguirá muy de cerca este asunto espinoso y medular al que se opone con total rotundidad porque rompe los principios de igualdad y solidaridad territorial.
3. Nueva financiación autonómica. Derivado del cupo catalán está el gran debate de la financiación autonómica en España y la necesidad de establecer un nuevo modelo que acabe con la infrafinanciación de las cuatro comunidades más perjudicadas: Castilla-La Mancha, Andalucía, Comunidad Valenciana y Murcia.
El Gobierno de Page está siendo muy combativo en este asunto: primero, para evitar los privilegios de ninguna comunidad autónoma y combatir la financiación singular de Cataluña, y segundo, para impulsar un sistema más justo para Castilla-La Mancha que permita financiar y sostener los servicios públicos de la región.
El nuevo modelo tendrá que venir de la mano de una reforma a fondo de la Ley de Financiación de las comunidades autónomas en la que será prioritario evitar el cupo catalán.
4. Congreso Federal y liderazgo de Page en Castilla-La Mancha. El Congreso Federal del PSOE a finales de noviembre en Sevilla será una de las grandes citas políticas del otoño. Previsiblemente, Sánchez saldrá reforzado en su liderazgo como secretario general y, a partir de este cónclave, se celebrarán después en cadena los congresos autonómicos.
La gran incógnita de la política de Castilla-La Mancha en estos momentos es si Sánchez intentará mover la silla a Page para acabar con su liderazgo como secretario regional del PSOE, impulsando unas primarias con un candidato alternativo.
Page ha pedido a Sánchez que respete su posición, más aún cuando es el único líder del PSOE con mayoría absoluta en España, pero este asunto de momento es inclasificable: las intenciones de Sánchez con Page son imprevisibles, si bien el inicio de una guerra interna en el PSOE de Castilla-La Mancha puede terminar mal para Ferraz. Hay mucha expectación en la política regional en torno a este movimiento.
5. No se puede gobernar a cualquier precio. Ha sido la última andanada que Page le ha enviado a Sánchez a través de los medios de comunicación. Al presidente de Castilla-La Mancha parece haberle chirriado la idea de Sánchez de gobernar “sin el legislativo”, y por eso Page le ha pedido al presidente del Gobierno que “reflexione” sobre la opción de gobernar “a cualquier precio”.
“No se puede gobernar de cualquier manera”, ha dicho Page esta semana, estableciendo las diferencias obvias entre gobernar y estar en el poder. Sánchez está perdiendo su mayoría parlamentaria en el Congreso, acumula derrotas en la Cámara Baja y tiene la legislatura muy debilitada, de modo que este asunto será otros de los ejes del nuevo curso político.
Las distancias políticas y personales entre Sánchez y Page ya son siderales y esto no parece que vaya a cambiar. Page ha reconocido, incluso, que no sabe ya de qué hablar con Sánchez cuando coincide con él.