El alquiler está en estado de gracia, y Toledo viviendo su particular “boom” inmobiliario. En 2018, la rentabilidad del alquiler en España alcanzó el 8,12 por ciento, con un crecimiento anual del 3,84 por ciento, y las provincias de Huelva (9,61%), Toledo (8,82%) y Valencia (8,57%) las que alcanzaron las cifras de rentabilidad bruta en el precio del alquiler más altas del país, según la Sociedad de Tasación con datos desarrollados por Urban Data Analytics (UDA). Un aumento que no ha dejado de subir en los dos últimos años, tras varios de estabilidad, debido a la fortaleza de la demanda y también al auge de los alquileres turísticos. Un sistema de hospedaje vacacional que en la capital de Castilla-La Mancha es cada vez más intenso, principalmente en las zonas más céntricas de la ciudad, lo que está contribuyendo a que los precios aumenten continuamente.
Pero la rentabilidad no solo sube en el caso de la vivienda, también lo hacen otros inmuebles como los locales comerciales, oficinas y garajes. De acuerdo con el informe de Idealista, el local comercial se mantiene como la inversión inmobiliaria más rentable, con un rendimiento bruto del 9,2 por ciento frente al 8,3 por ciento de hace un año. Por su parte, las oficinas ofrecen un rendimiento del 8,3 por ciento, cuando hace un año era del 7,5 por ciento. Por contra, en los garajes la rentabilidad es mucho menor y ha pasado en el último año del 4,6 al 5,1 por ciento actual.
Comprar hoy una vivienda con la idea de ponerla en alquiler se ha convertido en una de las alternativas de inversión más rentables, aunque sea menos liquida que la efectuada en Bolsa. El auge del ladrillo y la burbuja del alquiler que se gestan en provincias como Toledo están recuperando en España la aureola de tiempos pasados como activo capaz de garantizar atractivas ganancias en el sector inmobiliario. Un bien de inversión para los ahorradores que no encuentran acomodo para su dinero en productos más conservadores y tradicionales debido al actual contexto de bajos tipos de interés.