Este lunes, EL DIGITAL CLM informaba a sus lectores de las dos grandes fincas en Castilla-La Mancha implicadas en una gran estafa que afecta a cerca de 10.000 inversores particulares -varias decenas en la región- que aportaron en su día diversas cantidades de dinero para un proyecto que ahora se encuentra en concurso de acreedores. Una estafa que, cuando inició su andadura en 1996, aseguraba una elevada rentabilidad para la inversión realizada. El negocio de Bosques Naturales, una sociedad de bienes tangibles que no estaba sometida a ningún control de supervisión, recuerda el fraude de Fórum Filatélico que afectó a más de 269.000 personas. Unos inversores que tras arduas negociaciones y manifestaciones tan sólo algunos pudieron recuperan el 10 por ciento de los ahorros que aportaron y otros ni siquiera eso.

En este caso, en lugar de negociar con una supuesta sobrevaloración del precio de sus activos comerciales, los sellos en el caso de Fórum y Afinsa, lo era con plantaciones en extensas fincas de arboles de maderas nobles, como nogales y cerezos. A cambio, a los inversores se les aseguraba una rentabilidad del 10 por ciento anual durante un periodo de al menos 20 años, previsiblemente hasta 2025, el tiempo mínimo que requerían las plantaciones para madurar y poder ser comercializadas sus maderas en el mercado. Bosques Naturales adquirió para el desarrollo de sus plantaciones varias fincas de gran extensión en toda España, dos de ellas localizadas en Castilla-La Mancha. Se trata de los terrenos situados en la localidad toledana de Burujón, con una extensión de 225 hectáreas, y otra entre los términos municipales de Fuentelespino de Moya y Landete, en la provincia de Cuenca, de 70 hectáreas.

Años más tarde, al no cumplirse los elevados objetivos de rentabilidad anunciados, Bosques Naturales ha presentado concurso de acreedores del que ahora está intentando salir. La compañía ofrece a sus acreedores una quita del 95 por ciento de una deuda de algo más de 46 millones de euros y un plan de pagos del 5 por ciento restante en un plazo de cinco ejercicios. Una propuesta que han entregado para su resolución al Juzgado de lo Mercantil número 10 de Madrid encargado de su tramitación. Una proposición que, no obstante, “está sometida a las incertidumbres propias de la evolución del sector y de la economía”. Una variabilidad  que han confirmado igualmente técnicos independientes ante las ambiciosas y seguramente irrealizables expectativas de los promotores. Otro “cuento de la lechera” del que nadie confía.

Lo que parecida un negocio seguro y de alta rentabilidad, una buena alternativa a las ofrecidas por la banca tradicional, se ha convertido en otro quebradero de cabeza para miles de inversores. Un colectivo, como el de Fórum Filatélico y Afinsa, que confió los ahorros de toda la vida en lo que parecía un negocio seguro aunque desconocido para la mayoría: las maderas preciosas. Afectados que se sienten estafados y que, lejos de obtener la rentabilidad anunciada para su dinero, se encuentran ahora con nulas expectativas de recuperar la inversión realizada.