Que viene el coco, mama, qué viene el coco
Aunque el proceso dista mucho de los primeros años de la democracia cuando los carteles electorales eran colocados a las paredes con engrudo y cola disuelta en cubo, más un cepillo para fijarlos, anoche se dio el banderazo de salida de las elecciones municipales, autonómicas y europeas del próximo 26 de mayo. Miles de carteles y banderolas con los candidatos y partidos que representan han aparecido esta mañana por las calles y vallas de nuestras ciudades. Un batiburrillo de pretendientes integrantes de un cada vez mayor número de candidaturas. Una generosa relación de puestos de trabajo que los aspirantes disputan afanosos, y que a algo más de dos semanas vista hace imposible cualquier predicción demoscópica.
Antes del día señalado para el inicio de la campaña electoral, Juventudes Socialistas de Castilla-La Mancha hizo por su cuenta una performance en el campus toledano de la Universidad regional. En el escenario universitario, Nacho Hernando, secretario general y portavoz del Gobierno regional, disfrazado para la ocasión de casual y bien distinto del terno institucional habitual en sus comparecencias en el púlpito institucional, se presentó junto a otros afiliados con un pasquín amenazador donde podía leerse: “Si tú no votas ellos vuelven”, junto a sendos retratos en blanco y negro de Paco Núñez y María Dolores Cospedal.
La actuación de los jóvenes socialistas me hizo recordar de inmediato el musical “Ay Carmela” y a Hernando haciendo de Paulino-Javier Gutiérrez en la obra- cantando, maracas mediante, “qué viene el coco, mama, qué viene el coco”. Un espectáculo que bien podía recorrer estos días de campaña los pueblos de Castilla-La Mancha, como lo hacían en la obra Carmela y Paulino, una tonadillera y un cómico que en plena guerra civil española sobrevivían como podían haciendo reír a la concurrencia.
Suelen ser las campañas políticas malos tiempo para la concordia, y Hernando es un buen ejemplo de ello, rescatando el recuerdo de un personaje amortizado en política, aunque tan sólo sea para atemorizar al electorado. Una reparación que, según el dirigente socialista, se apaña con un diez por ciento más de votos para que el PSOE pueda gobernar en solitario en esta tierra, y poder hacer lo que le plazca sin ningún tipo de ataduras. Prepárense para una campaña electoral de resultado incierto y descalificaciones permanentes. La quinta esencia de la mala política se hace presente. La que en vez de informar prefiere deformar la realidad y desinformar al votante, incluso con amenazas, removiendo si hace falta los más bajos instintos.