No consta que la alcaldesa de Toledo vaya a tomar próximamente los hábitos en alguna congregación religiosa. No obstante, su presencia durante las últimas semanas en conventos, romerías, iglesias, colegios, procesiones y otras adoraciones bien pudiera hacer pensar a la ciudadanía que Milagros Tolón daba sus primeros pasos hacia el noviciado. Por suerte para los toledanos, la regidora, en plena forma, se encuentra inmersa en una frenética carrera electoral de incierto resultado para intentar revalidar este domingo la Alcaldía de la capital regional durante los próximos cuatro años. No es cuestión baladí ante el panorama de encuestas y combinaciones tan ajustadas que se presentan en la ciudad.
Tolón aspira en esta ocasión hacerlo por mayoría suficiente para no depender como hasta ahora de apoyos externos, aunque éstos hayan sido prestados desde una lealtad y cooperación ejemplares gracias al partido liderado por Javier Mateo. Un mandato al frente de Ganemos Toledo que se ha dejado notar positivamente en la gestión del gobierno municipal toledano y que ahora, por discrepancias internas entre las diferentes corrientes de su formación, ha preferido dar un paso al lado y no abanderar o integrarse en un nuevo partido en contra de prácticas tan habituales entre otros dirigentes políticos en este país.
Viene Tolón bajo el brazo –junto a una candidatura en la que el 80 % de sus miembros la han acompañado en estos últimos cuatro años- con un cuaderno extenso de medidas y programas a desarrollar durante la próxima legislatura. Propuestas que el lector puede informarse perfectamente en la brillante entrevista que el amigo Morlanes la ha hecho esta semana para EL DIGITAL. Una carpeta similar en amplitud e intenciones, por centenares en ocasiones, a los del resto de candidatos que concurren a los comicios locales y autonómicos del 26M.
Presenta la candidata Milagros Tolón una Corporación con cuentas cada vez más saneadas- 28,3 millones de deuda en 2017, frente a 44,4 en 2015- además de diligente pagadora a sus proveedores, casi mes y medio antes que la media nacional entre los ayuntamientos, según el Ministerio de Hacienda. Toledo es hoy una ciudad abierta, tolerante y razonablemente sostenible -mejor aún sin tantos visitantes fugaces- cuya historia se sigue localizando en gran parte de su subsuelo. Una ciudad que la candidata socialista al cargo debe seguir construyendo, procurando la calidad de vida de sus habitantes en consonancia con el adecuado desarrollo de la población.