Pocas veces se ha visto desde su constitución tanto asentimiento y cordialidad parlamentaria en las Cortes de Castilla-La Mancha como la exhibida entre sus miembros y grupos en estos inicios de Legislatura, al menos en el reparto de cargos y otras decisiones institucionales. Tampoco, presidente de Cortes con tan singular como generosa aptitud para acomodar a tanto político. Una nómina de parlamentarios que a Pablo Bellido se le antoja incluso corta, pues aboga en un futuro aumentar la plantilla actual de 33 diputados hasta un máximo de 80, para que así haya una mejor representación de la ciudadanía en el Parlamento regional.
Hasta tanto se pueda ampliar la nómina de Gilitos, a las Cortes regionalestan sólo le han hecho falta cinco minutos -según cronometración informativa- para tomar medidas de gran calado para sus intereses, es decir, los de los diputados de Castilla-La Mancha. Sus señorías cobrarán por su dedicación en el Parlamento regional unos 50.000 euros anuales más gastos, y algo más si son presidente, portavoz y miembro de la Mesa, cargos que ya han sido repartidos convenientemente con asombrosa afabilidad y consenso. Como la "normalidad" parece haber regresado a las Cortes de Castilla-La Mancha, al menos la salarial, y retornada la alegría en sus alicaídos parlamentarios, tampoco ha habido problemas para que el presidente de Castilla-La Mancha pueda eternizarse en el cargo, que para eso tiene mayoría, y contemplar sin prisa alguna su futuro político desde el Palacio de Fuensalida.
Semejante afabilidad parlamentaria se dio también en la formación de los integrantes del consejo de administración de RTVCM. Catorce miembros elegidos por los tres grupos políticos de la Cámara regional que, salvo valiosas excepciones procedentes de la profesión, no parecen contar con la experiencia y conocimientos precisos para “administrar” Radio Televisión Castilla-La Mancha.
Superada la “cospedalización” del PP de Castilla-La Mancha, y gracias a la nueva “actitud” del partido y su máximo dirigente en la región, según veredicto y sentencia de Pablo Bellido, se prevé una legislatura de lo más amable y sin necesidad de los ejercicios de travestismo tan frecuentes en la anterior.