Al Hospitalito del Rey tan sólo le falta dejar de mentir
No sería justo considerar cuentistas a todos los políticos, farsantes que sueltan sin pudor mentiras increíbles. Es verdad que hay otros muchos que no encajan dentro de los que cotidianamente intentan convencernos utilizando falacias, medias verdades, o promesas que no pueden cumplirse. Lo acabamos de comprobar en el último debate electoral donde los cinco candidatos han mentido casi tanto como han hablado para afianzar sus críticas al oponente, intercalando afirmaciones y datos falsos para argumentar mejor sus particulares posiciones, y poder dar así credibilidad a sus promesas, según ha quedado demostrado fehacientemente tras su intervención televisiva. Una vida pública española que ha adquirido un tono general de mentira estridente que resulta difícilmente soportable.
Naturalmente, Castilla-La Mancha no es ajena a esta plaga donde la mentira política lleva todos los visos de suplantar a la verdad. Un ejemplo reciente de esta forma de actuar de nuestros políticos la han protagonizado esta semana la Consejería de Bienestar Social y el Ayuntamiento de Toledo. La primera, asegurando que el Gobierno regional se encuentra “a la espera” de la licencia municipal para comenzar las reformas pertinentes de la residencia de mayores Hospitalito del Rey de la capital regional. La Concejalía toledana, negando haber recibido el Ayuntamiento solicitud alguna aunque, para evitar más polémicas sobre la cuestionada y manida instalación, confirmando lisonjera de las magnificas relaciones entre ambas instituciones, y de la equivocada interpretación que se han hecho de las palabras de la Consejería respecto a la documentación precisa para la puesta a punto y apertura de la residencia. Un expediente que ahora parece extraviado, no presentado, o ignorado a la vista del cruce de manifestaciones entre las representantes de ambas instituciones sobre su verdadera situación.
La Consejería de Bienestar Social de Castilla-La Mancha ya anunció en 2017 la inclusión en los presupuestos de la Junta de Comunidades de una partida de 300.000 euros -supongo por su cuantía que para la compra de bombillas, papel higiénico u otros consumibles- para que la reapertura del Hospitalito del Rey fuera “una realidad en 2018”, una vez concluida la modificación de la relación de puestos de trabajo y la evaluación de los posibles desperfectos de la abandonada instalación. Una residencia y centro de día con capacidad para unas cien plazas, muy necesarias en un barrio de la ciudad con un alto índice de personas mayores y muy precisas de estos servicios, que llevan cerradas desde 2010 cuando acabaran unas obras de reforma en las que la administración regional invirtió más de ocho millones de euros.
Durante todos estos años, una plataforma vecinal y otras instituciones han venido reclamando sin éxito su inauguración. Tantas como los políticos de turno han asegurado como respuesta su próxima apertura, o razonado su retraso con mentiras u otras zarandajas, como lo hacen la Consejería y el Ayuntamiento, las dos instituciones que posibilitan que el Hospitalito del Rey se pueda abrir definitivamente. Políticos a los que se les ha pillado con la trola en la boca y que siguen sus carreras tan campantes. Una tolerancia a las hipócritas y flagrantes mentiras de nuestros gobernantes que ya alcanzan niveles insólitos. Unas artimañas a las que los ciudadanos parece habernos acostumbrado como si ya fuera algo inevitable.