Liberbank y los sindicatos han comenzado esta semana las negociaciones para reducir entre un 5% y 8,75% los salarios de aquellos trabajadores que están por encima del convenio, además de suprimir las aportaciones a los planes de pensiones de los asalariados durante un determinado periodo de tiempo, entre otros recortes sociales y económicos que pretende la empresa. Las organizaciones sindicales, que representan al 95 por ciento de la plantilla, se oponen a unas medidas “sin fundamento alguno”, y solicitan al banco que normalice de una vez las relaciones laborales de una plantilla “que ha sufrido demasiado”.
Unas negociaciones que se ignora si también afectarán al blindaje que disfrutan algunos de los altos directivos y consejeros del banco. Un selecto colectivo que al inicio de las negociaciones con Unicaja se apresuraron en aumentar de 11 a 26 miembros, según comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. No obstante a este plan que Liberbank pretender aplicar a sus trabajadores, además de continuar analizando infructuosamente nuevas operaciones de fusión, el banco sigue contemplando formulas para dar más valor y mejorar la remuneración del accionista a través de la recompra de acciones y su amortización. Un sistema que permite retribuirle mediante la reducción del volumen de títulos y elevar así el valor de la inversión.
Junto a estas medidas de contención que Liberbank intenta aplicar a sus trabajadores para mejorar el balance de la entidad y ahorrar unos 23 millones de euros, se une el proceso de reconversión de su modelo de negocio emprendido en los últimos meses. Una fórmula que apuesta por las franquicias con el fin de reducir costes y aumentar productividad en sustitución de las sucursales tradicionales. Una red que puede llegar hasta las doscientas franquicias al término del año, incluidas las que está abriendo el banco fuera de su área natural de expansión, tras una disminución de su número de oficinas de más del 30 por ciento desde 2016.
No obstante a estas formulas, los objetivos que se pretenden siguen sin verse reflejados en el balance del banco. Al término del tercer trimestre del año los beneficios de Liberbank experimentaron un retroceso del 10,9% en comparación con el ejercicio precedente, hasta los 96 millones de euros. Unos resultados que no pueden enjugarse ahora exclusivamente con los recortes económicos y derechos laborales de una plantilla harta de tanta zozobra laboral por cuantos traslados, recortes, despidos y regulaciones de empleo han sufrido en los últimos años.