Exigimos certidumbre
Me recuerda mi director en alguna ocasión la especial atención informativa que presto en mis columnas a determinados consejeros del Gobierno de Castilla-La Mancha. En efecto, la actitud de alguno de ellos bien merece esta preferencia y no precisamente por los logros alcanzados. Más bien por su habilidad en manejar datos, cifras y conceptos a beneficio de inventario.
La práctica sigue vigente en tiempo de coronavirus. Durante la época de confinamiento la verdadera situación de la pandemia en la región sigue confusa y no coincidentes entre los datos que aporta la Administración regional y los que conocemos publicados en medios de comunicación nacionales y otros organismos. Así lo ha entendido también la secretaria general del PP en Castilla-La Mancha, Carolina Agudo, que, tomando como referencia las informaciones sobre el covid-19 difundidas a nivel nacional, denuncia que las cinco provincias de la región “se sitúan entre las primeras con mayor mortalidad en toda España por cada 100.000 habitantes”. Otros medios posicionan incluso a Castilla-La Mancha como la comunidad autónoma con mayor tasa de letalidad sobre el total de casos confirmados por la pandemia. Unos datos cuya veracidad los ciudadanos y otros colectivos afectados por el virus exigen conocer con certidumbre, cuando todavía asistimos a un goteo de muertes diarias provocadas por el virus.
Un requerimiento en unos momentos donde el peligro del covid-19 sigue agudizando el enfrentamiento político en Castilla-La Mancha ante una crisis sanitaria sin precedentes. Políticos incapaces de cohesionar a la sociedad cuando se producen tragedias como el coronavirus, e incompetentes para alcanzar esa confluencia de opiniones e iniciativas que den lugar a acciones concretas y útiles tan necesarias. Entretanto, los ciudadanos siguen cumpliendo y dando ejemplo con las responsabilidades que les reclaman, mientras contemplan de nuevo la falta de unidad de su clase política.
Aunque resulta iluso ganar la batalla de la opinión pública ante crisis tan dramática como dolorosa, bien merece ahora un reconocimiento el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, asumiendo personalmente toda la responsabilidad que le compete a la comunidad autónoma en la gestión de la crisis del coronavirus, pidiendo perdón por los errores cometidos, que los ha habido. Un afecto debido a tantos ciudadanos de esta tierra para sobrellevar la soledad, aislamiento y pérdida de seres queridos. También, por el quebranto de miles de puestos de trabajo, de negocios y empresas que se han visto obligadas a cerrar o suspender contratos laborales por el covid-19.