Tras su abandono de la política y posterior incorporación a principios de este año a un bufete de abogados, la expresidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal, apenas ha protagonizado actos públicos del partido del que fue secretaria general. Tampoco en Castilla-La Mancha, donde ya no se discute por inconveniente e improcedente la tantas veces anunciada presidencia de honor del PP en la región por parte de sus antiguos y más decididos impulsores.
El pasado 31 de mayo, Cospedal estuvo presente junto a la cúpula del partido en la región en una misa solemne que el PP organizó en una parroquia toledana en honor de los fallecidos por covid-19 en la región. Una celebración eucarística en el destierro que coincidió en el tiempo con los actos organizados por el Gobierno de Castilla-La Mancha con motivo del Día de la Región en el Palacio de Fuensalida. Jornada que este año sirvió para homenajear a los cerca de 3.000 fallecidos por una pandemia que ha afectado de forma notable a esta tierra, además de reconocer a todos los profesionales que luchan y lo siguen haciendo contra el virus.
Una ceremonia especial que, igualmente de los trabajadores y sectores reconocidos, contó con la única presencia de miembros del Gobierno regional, despreciando así representación parlamentaria alguna de las otras dos formaciones que configuran las Cortes de Castilla-La Mancha. Una determinación que causó “lastima, pena, y vergüenza” al presidente del PP, Paco Núñez, que consideró que el Día de la Región de este año ha sido un acto a mayor gloria del presidente regional, también del PSOE, y no de la Institución y los partidos que representan a los castellano-manchegos, como ha venido ocurriendo hasta ahora. Las crónicas no indican si el lamento fue igualmente extensivo para Ciudadanos, tal vez más preocupados por su posible desaparición como partido en el arco parlamentario regional, según pronostica alguna encuesta.
Resulta, en efecto, poco relevante la presencia pública de María Dolores Cospedal en Castilla-La Mancha. Mas la expresidenta, amortizada políticamente, parece sin embargo seguir habitando en esta tierra gracias al sectario y cansino recuerdo que el PSOE regional la dispensa, haciéndola culpable de todo cuanto malo ocurre en la región. Una despreciable letanía dentro de la oratoria y la pedagogía política a la que nos tiene acostumbrados el Gobierno socialista de esta tierra que, no obstante, sigue empeñado en proseguir con su particular cantinela en torno a la que dejó de ser presidenta de esta tierra hace ya casi cinco años.