Los dedos de la mano de Paco Núñez
Es bien celebre la sentencia que masculló en su día el vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra cuando pastoreaba al PSOE: “El que se mueva no sale en la foto”. Un aviso destinado a aquellos socialistas o asimilados que sentían la tentación de ejercer de disidentes dentro de la formación, entonces gobernada por Felipe González, so pena de quedarse fuera para siempre. Más en la instantánea que este fin de semana ha distribuido entre los medios de comunicación la Delegación del Gobierno de Castilla-La Mancha con motivo del acto de reinauguración del castillo de Almansa (Albacete), el que no aparece en el retrato no es por voluntad propia, más bien al contrario.
En la fotografía facilitada por la Delegación del Gobierno, bien tiesecitos y embozados, aparecen cortando la banda inaugural Francisco Tierraseca, delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, el presidente de la Diputación de Albacete,Santiago Cabañero,y el actual alcalde de Almansa,Javier Sánchez. También se muestran los dedos de la mano de Paco Núñez, presidente del PP de Castilla-La Mancha y alcalde de la localidad almanseña cuando se inició el proyecto de rehabilitación del castillo que ahora culmina. Censurado para la instantánea oficial, del “mutilado” Núñez tan sólo aparecen las extremidades de su mano en el momento de cortar la cinta, como bien puede comprobarse en otra imagen diferente hecha en el mismo momento y publicadas por EL DIGITAL.
Se desconocen el autor o autores responsables de tan grotesca mutilación fotográfica y posterior difusión. Más temo que sean alguno de tantos pamplineros de partido que proliferan por nuestra Administración al amparo de la energía de sus superiores. Incombustibles lisonjeros que aceptan cualquier opinión de la persona que sienten que está por encima. Chaqueteros siempre prestos a demostrar su “diligencia” para construir y difundir, como en este caso, manifiestas manipulaciones de la opinión pública. Una irrefrenable tendencia de las Administraciones a considerar estos manejos como una mercancía política con la que pueden enredar y utilizar al ciudadano.