“Ya nadie duda de que Guadalajara y su entorno constituyen el corazón logístico del país”, sentenciaba recientemente el alcalde de la capital alcarreña, Alberto Rojo, con motivo de la inauguración del foro “Logistic Spain” celebrado en Guadalajara. En efecto, una consideración que se hace igualmente extensiva a otros territorios de Castilla-La Mancha donde la logística se ha convertido en un sector esencial para la economía y el empleo, además de un foco importante y atractivo para los inversores. Un compartimento que en los últimos años ha experimentado un notable crecimiento exponencial de su influencia gracias, entre otras cosas, al entorno digital y los nuevos hábitos de consumo.
En las últimas semanas hemos comprobado en Castilla-La Mancha como la logística está siendo protagonista indiscutible de la actividad económica de esta tierra, lastrada por la crisis de una pandemia de incalculables consecuencias. Zalando, una plataforma virtual de moda, ha suscrito un acuerdo con DHL para la gestión de su primer centro logístico en Illescas (Toledo). Una infraestructura que posibilitará la contratación de unos 600 empleados. En la misma localidad toledana, el presidente de la Comunidad, Emiliano García Page, visitaba el proyecto logístico de Mountpark, empresa líder en el desarrollo de almacenes logísticos, con una inversión de 70 millones de euros y un horizonte de 400 puestos de trabajo.
En Guadalajara, otro polo de desarrollo importante para la logística en la región, Port Tarragona ha iniciado su proyecto para construir su plataforma más importante en la península en una extensión de 178.000 metros cuadrados y una inversión de unos 20 millones. Igualmente, el grupo TGT, líder nacional en la fabricación de quesos por volumen comercializado y tercer operador sectorial, acaba de anunciar la construcción de un nuevo centro logístico en Guadalajara.
Son sólo algunos ejemplos del movimiento logístico que experimenta Castilla-La Mancha en estos momentos. Un potencial que, según datos de la Administración regional, cuenta con más de 3.000 empresas radicadas en la región con una plantilla de 32.000 personas trabajando de manera directa. Unas cifras que sitúan a esta tierra a la cabeza entre las que tienen una mayor contratación de personal dentro del sector en España. Unas perspectivas de crecimiento acelerado que se han visto impulsadas en los últimos meses por una crisis sanitaria sin precedentes, que han provocado la eclosión definitiva del comercio electrónico en nuestro país. Y también de inversores institucionales, socimis, fondos extranjeros, y family office que se disputan su participación en un negocio cuyos activos ofrecen una buena rentabilidad, alta demanda, y facilidad de gestión. Posiciones ambas que han convertido la logística en Castilla-La Mancha en un sector potente para su economía, con un notable impacto en el empleo regional y unas excelentes perspectivas de futuro.