Llegó a ser considerado el juguete artesanal más famoso de la Comunidad de Madrid: “don Nicanor tocando el tambor”. Inventado a finales del siglo XIX por el segoviano Acacia Talega, el muñeco, fabricado a base de cartón, caña, pedazos de lata y retales de tela, consiste en un pito adosado en la trasera y sus brazos, accionados a través de un fino cordel, tocando el tambor. Como recurso para captar la atención de los curiosos, los vendedores utilizaban el pito y el pequeño tambor del cachivache interpretando con destreza los pasodobles y melodías de moda. Con el paso del tiempo el chisme cayó en desuso, y hoy se ha convertido en una pieza de coleccionista y raramente puede encontrarse en alguna feria o mercadillo.
Mas “don Nicanor tocando el tambor” puede cobrar de nuevo protagonismo, y no precisamente en la Comunidad que le vio nacer y desarrollarse. El promotor de la vuelta del artilugio a nuestras vidas podía ser con sus pretensiones el portavoz de Izquierda Unida-Podemos en el Ayuntamiento de Toledo, Txema Fernández. Entre las propuestas que habitualmente nos tiene acostumbrados el edil toledano, algunas dignas de figurar en la sección “Los inventos del TBO” del profesor Frank de Copenhague, plantea ahora suprimir la banda de música que acompañará en su recorrido por las calles toledanas a la procesión de Nuestra Señora Santa María del Alcázar, una actividad que, en su opinión, “bordea la ilegalidad” al financiarse con “dinero civil actos de una entidad privada”.
Mas no solo a la Virgen del Alcázar pretende Fernández privarla de sus músicos, bandas… y representantes políticos asistentes. También al resto de procesiones, romerías y otras celebraciones que desfilan por las calles y barrios de la ciudad de Toledo acompañadas por la "Banda Joven Diego Ortiz", "Benquerencia" y "Ciudad de Toledo", orquestas a las que el Ayuntamiento de Toledo tiene confiadas estas interpretaciones. Actuaciones que, además de amenizar el paso de las comitivas, permiten comprobar la ingente labor que estas escuelas vienen desplegando para el desarrollo del talento musical de tantos jóvenes y adultos toledanos. Y lo seguirán haciendo como hasta ahora, como así lo han confirmado desde el Gobierno municipal, cooperador indispensable de la conservación de las tradiciones y manifestaciones culturales de la ciudad.
Un alivio para tantos miembros, cofrades y hermanos que, de haber prosperado la propuesta del edil Fernández, ya se veían recurriendo al invento de Talega para acompañar a sus procesiones por las calles toledanas haciendo sonar el “don Nicanor tocando el tambor”.