Todos los gobiernos tienden a un optimismo exagerado sobre sí mismos, pero hay algunos datos objetivos que alientan el desarrollo regional anunciado, aunque en este caso gracias también al esfuerzo realizado desde las respectivas corporaciones locales. Se trata del auge experimentado en los últimos años por el comercio electrónico como principal detonante del boom inversor en activos logísticos en España. Un apogeo que ha impulsado la construcción de tantos desarrollos como se vienen cerrando en España, y donde la Comunidad de Castilla-La Mancha es intérprete principal de semejante crecimiento.
Una localización donde determinados territorios de las provincias de Toledo y Guadalajara, principalmente en la región, tienen un protagonismo sobresaliente al disponer de grandes bolsas de suelo en las que desplegar nuevas superficies logísticas. A este inmenso desarrollo de las diferentes plataformas ubicadas en Castilla-La Mancha, Montepino anuncia ahora la inversión de 327 millones en una macroplataforma logística en Illescas. Un proyecto que se levantará en una parcela de 680.000 metros cuadrados, con una superficie bruta alquilable de 424.000 metros cuadrados. Un complejo de nueve edificios logísticos que estará ubicado en el polígono industrial de Los Pradillos II del municipio toledano.
No es la única inversión de la socimi propiedad de Bankinter y Valfondo en Castilla-La Mancha. El pasado mes de marzo la compañía anunciaba la inversión de otros 100 millones de euros en el poligono de El Ruiseñor, en Guadalajara, para el desarrollo logístico de 130.000 metros cuadrados construidos dentro de una parcela de 225.000 metros cuadrados. Una apuesta concluyente por la región de Montepino Logística en la que lleva invertidos en los últimos cinco años cerca de 1.200 millones de euros, y donde el 77,5% de su portfolio se encuentra localizado en esta tierra.
Nuevas oportunidades para un sector que en Castilla-La Mancha ya emplea a más de 50.000 personas a través de cerca de las 3.300 empresas logísticas que operan en la región. Un aporte imprescindible para el desarrollo de la economía regional y del empleo gracias a uno de los sectores más fructíferos y competitivos de esta tierra. Un compartimento económico que, en este caso, sí está muy por “encima de la media nacional”, la cantinela habitual de nuestros políticos cuando fabulan sus proezas desde el púlpito institucional.