El fallido aeropuerto de Ciudad Real, diseñado en principio para atraer tráfico aéreo internacional, busca nuevas fórmulas de explotación para convertirlo ahora en un centro de mantenimiento integral para aeronaves. A la espera de concretar con Sabena Technics la nueva actividad del aeropuerto ciudadrealeño, otro campo de aviación en Castilla-La Mancha pretende remontar el vuelo con la búsqueda de un inversor. Se trata de Air City Madrid Sur, la compañía que impulsa el aeródromo de Casarrubios-El Álamo, en la provincia de Toledo, cercano al de Barajas-Adolfo Suarez y a unos 30 kilómetros de la capital de España. La infraestructura de la sociedad presidida por Gregorio Marañón busca ahora un socio financiero con participación minoritaria que no supere una horquilla fijada entre el 30 y el 35 por ciento.
El que pretende ser el segundo aeropuerto en el área de Madrid, como alternativo y complementario al de Barajas y especializado en operaciones de compañías de nueva generación, se destina actualmente a la aviación general. Unas instalaciones con una media de casi 70.000 operaciones al año, 25.000 metros cuadrados de hangares en su emplazamiento, más de 300 aviones residentes, 50 empresas de servicios aéreos y cerca de 3.000 usuarios, según detalló su consejero delegado, Javier Ruedas, a El Economista.
La inversión inicial prevista para el nuevo proyecto sería de 300 millones de euros en una primera fase, con un potencial de otros 2.500 para los próximos 25 años destinados a la construcción de naves logísticas y hoteles, entre otros servicios propios de un aeropuerto comercial, de aviación ejecutiva y carga aérea. Un ambicioso proyecto todavía pendiente de autorización por parte del Ministerio de Transportes y apoyado desde la Administración de Castilla-La Mancha, aunque con el voto en contra de Más País, que la compañía lleva años intentando ejecutar. Un plan que, de llevarse a cabo, aportaría a la comarca un importante desarrollo industrial y también de empleos para su ejecución y desarrollo.