Una pareja haciendo “manitas” y besándose con pasión en un restaurante de moda es una imagen que se puede dar con cierta frecuencia. No tanto que esa pareja de rienda suelta a la pasión delante del resto de comensales. Lo normal es que prevalezca el comedimiento y compostura para no llamar en exceso la atención, sobre todo cuando se trata de personas conocidas del mundo de la política y una de ellas tiene cargo de ministro en el gobierno de Mariano Rajoy. En este caso no hubo disimulo por parte del titular de la cartera de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, el que fuera diputado nacional por la provincia de Albacete, y la diputada del PP de Las Palmas, Celia Alberto Pérez.

Ambos acudieron juntos recientemente a un restaurante situado en la Milla de Oro de Madrid. Allí estuvieron alrededor de una hora en la que tomaron varias cervezas y no pararon de manifestarse diversas formas de cariño, tal y como demuestran las imágenes publicadas en exclusiva por Estrella Digital.

Una vez fuera de las puertas del Congreso, ambos políticos actúan como una pareja enamorada que se niega a ocultar lo que sienten el uno por el otro. En las fotos puede verse una sucesión de momentos que van desde unas manos entrelazadas, que dejan paso a un primer beso que demuestra su felicidad como pareja y que finalmente se convierte en un gran y apasionado beso de película por el que la canaria tiene incluso que levantarse de la silla para continuar sellando sus labios con los de su novio, que se encuentra al otro lado de la mesa.

Álvaro Nadal, que fue nombrado ministro 4 de noviembre del año 2016, tiene en el estado sentimental de su página oficial de Facebook (cuya última publicación data del 16 de octubre de ese mismo año) que está divorciado. Atrás quedó su matrimonio con la diplomática Teresa Lizaranzu, hoy embajadora delegada permanente de España ante la UNESCO (desde el año 2015). Tienen dos hijos. Los dos se conocieron cuando ella trabajaba como funcionaria en la Embajada Española en Finlandia, donde comenzó su carrera. Posteriormente se trasladaron a Israel, para trabajar ella en el Consulado de España y él como consejero comercial.