Crece el movimiento popular contra la instalación de macrogranjas de cerdos próximas a las poblaciones. Instigados por determinados grupos o de forma espontánea, los vecinos de los pueblos se oponen cada vez más a este tipo de megaproyectos empresariales promovidos en general por las grandes marcas del sector cárnico, que intentan cargarse de razones frente a ambientalistas y vecinos para poder sacar adelante estos negocios. Una de las empresas con más intereses en el sector es castellano-manchega. Su principal directivo la ha liado con unas declaraciones que se han sacado de contexto y que han sido utilizadas por alguna publicación para echar más leña al fuego.

La empresa mencionada es Incarlopsa, una de las más pujantes del sector. Con su centro de operaciones en Tarancón (Cuenca) da trabajo a cientos de empleados y es la principal proveedora de Mercadona de jamón y otros productos cárnicos. Economía Digital se refiere a su máximo responsable, Emilio Loriente, llamándole el “carnicero”de Mercadona, y le acusa de haber generado “una nueva crisis en el sector del cerdo con unas polémicas y poco tranquilizadoras declaraciones”.

Las opiniones de Loriente recogidas por la edición castellano-manchega de El Diario.es se habrían sumado a la polémica generada por el programa de Jordi Évole en el que se mostraba la cara desconocida y nada positiva de las explotaciones de cerdos. Frente a las imágenes de “Salvados” y las campañas en contra de las macrogranjas, el empresario taranconense defendió ante los compañeros de El Diario la cría porcina intensiva en granjas frente a la cría en el campo (extensiva). Loriente opina que la cría en la dehesa “está muy bien vista pero es una guarrería”. “Está mucho más controlada la ganadería intensiva. Hemos hecho pruebas de todo tipo. Y del cerdo, lo bueno es lo que come. Si le das un buen pienso hay control y está mejor que en el campo comiendo lo que se pueda: una rata, un pájaro”.

Estas palabras han sido consideradas por algunos, o al menos es lo que mantiene Economía Digital, como un ataque a los ganaderos que crían cerdos en el campo, incluidos los ibéricos de bellota. E incluso afirma que tales declaraciones han tenido consecuencias en su principal cliente, Mercadona, ya que un consumidor llamó a su servicio de sugerencias para quejarse por las declaraciones del presidente de Incarlopsa. Loriente, según dicho diario digital, llamó personalmente al consumidor apenas una hora después para explicar que no se entendieron bien sus palabras ni el contexto de su declaración.

El empresario mantiene que sus palabras han sido “mal interpretadas” y ha anunciado que la compañía hará público su posicionamiento real al respecto. Lo cierto es que en ningún caso se resaltó esta parte de su declaración en el periódico de origen: ni en titulares ni sumarios ni ladillos. Han sido otros los que lo han aprovechado para hacer su propia interpretación.

Un alto directivo del grupo, el director de Iceporc, una filial de Incarlopsa, habría asegurado que el empresario “tuvo conversaciones informales” y “tal vez no fue capaz de expresarse”. “Los cerdos de campo comen lombrices, insectos y bellotas. Pero eso no quiere decir que no haya controles sobre lo que comen. Es difícil, prácticamente imposible, que coman ratas o pájaros”.