La Pregunta

¿Por qué deja Jesús Carrobles la presidencia de la Real Academia de Toledo?

18 octubre, 2018 00:00

Jesús Carrobles

Quizá sean varias las razones que han llevado a Jesús Carrobles a renunciar a su cargo al frente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, pero conociendo su trayectoria es fácil imaginar que hay un motivo por encima de todos los demás que han provocado tan drástica medida en alguien acostumbrado a meditar sus decisiones: La dificultad de mover el engranaje de tan vetusta institución. La histórica Academia toledana no se caracteriza precisamente por su agilidad o por su capacidad de adaptación a estos nuevos tiempos en los que las nuevas tecnologías lo impregnan todo, para bien o para mal.

No debe resultar fácil para un presidente con ganas de hacer cosas conllevar las actitudes y mentalidades de muchos de los miembros de la Academia que por sus arraigadas convicciones o por su edad no acaban de asumir los cambios de la era de Internet y la necesidad de adaptarse a este nuevo mundo en el que los canales de información y difusión de las artes, las letras y la historia han dejado de tener en la imprenta su único soporte.

La función de presidente de una institución como ésta supone asumir una constante exposición pública que conlleva desgaste personal y mucho trabajo (sin remunerar, por supuesto), y si a ello se le añade el tener que batallar con los elementos internos de la casa -y los externos- se complica aún más el ejercicio del cargo. Es lo que piensan algunos de los académicos consultados por este diario, convencidos de que estas cuestiones deben haber influido en la decisión de Jesús Carrobles, que no se ha manifestado al respecto. Al menos públicamente.

Carrobles es una persona acostumbrada a hacer gestión y que ha destacado profesionalmente allí donde ha prestado sus servicios, siempre preocupado por el patrimonio e historia de Toledo y muy activo en su defensa. Hay que recordar que, junto a Gregorio Marañón, fue el artífice del mayor éxito cultural de la historia de la ciudad con el Año Greco, el paradigma de cómo deben gestionarse los eventos de esta categoría para garantizar que salgan bien. De ahí a encargarse del funcionamiento de la añosa RABCH y luchar contra los imposibles hay un trecho tan grande que resulta complicado superarlo. O al menos lo ha sido en el caso de Carrobles, que ha tirado la toalla sin por ello renunciar a seguir en la Academia y contribuir, como ha hecho hasta ahora, a su buen funcionamiento. Puede que haya otros motivos que se nos escapan, pero lo importante es que se entienda la razón de ser de la RABCH en el presente para hacer posible un sólido y eficaz porvenir en el futuro. Sería bueno que Carrobles permanezca en su puesto hasta que se den las circunstancias adecuadas para su relevo y evitar un vacío de poder que podría ser nefasto para la institución.